Elvis Costello – Teatro Circo Price – 27JUL13

Unas dos mil personas acudieron religiosamente a la llamada del Sr. MacManus en su última visita a la capital. Relajada expectación a la espera de la apertura de puertas, en la que un Steve Nieve salía presurosa y sigilosamente volando sobre unas botas doradas con punta de quitar el hipo, quizá en busca de unos fitis antes de comenzar la actuación. A buen seguro el paseico le sentó fenomenal, pues a las teclas estuvo tremendo.

Ya dentro, puntualidad absoluta para paliar la estúpida reglamentación municipal que impediría bis alguno, Elvis y sus Imposters se marcaron un show de dos horas exactas sin tregua alguna. Un sonido un tanto enmarañado al inicio que no emborronó la idea de la banda; ir al grano. “Turpentine”, “Beyond Belief” y una maravillosa “Everyday I write the book” con la cual confieso las lagrimillas me escurrieron indulgentes Elvis nos ganó desde el minuto uno continuando con una energía que aparte de “El Boss” mas de un sexagenerio en escena querría.

Nuestro musicólogo gafotas preferido siguió lanzando, que no mezclando estilos como es su costumbre. “Watching the detectives” (megáfono incluido), “Episode of blonde”, “Jimmy standing in the rain” o “Clubman” dieron muestra de la versatilidad de sus Attractions de siempre (a excepción del californiano Davey Faragher al bajo). Mientras que joyitas como “Stations of the cross” o “Song with rose” iban cayendo Costello también tuvo tiempo de recordar a las víctimas del terrible descarrilamiento en Santiago y criticó duramente como podían repetir insistentemente las imágenes pese al daño que a los familiares ocasionan.

Mas madera y recordatorios “My all time doll” dedicada a la Sñora. Krall y a su hijo “probablemente ahora esté fumando y jugando al póker” soltaba bajo el cachondeo general o “Either side of the same town” con la que rememoraba su infancia y las riñas entre sus liverpudlians abuelo y abuela, pues el primero, a su entender, pasaba demasiado tiempo fuera de casa tocando con su banda en las líneas transatlánticas que partían de la ciudad de los Fab Four. Genio y figura.

Por sorpresa, Elvis en su interpretación del clásico de Aznavour “She” y tras la explicación de la barbaridad que le había costado adaptarla del francés al inglés se introdujo entre los fans del foso tirándose diez minutos largos entre ellos, disfrutando tanto unos como otro de la comunión total entre él y un público entregado que dotó al resto del concierto de un halo especial lleno de entrega y cercanía por ambas partes.

Entre otras “Shipbuilding” (complicada gema compuesta para Rober Wyatt), “A slow drag with Josephine” y uno de los mejores números de la noche “I want you” dieron paso a una recta final marcada por la reivindicación de sus comienzos al frente de la New Wave. “Oliver´s Army”, “(I don´t want to go to) Chelsea”, “Pump it up” y “(What´s so funny about) Peace and understanding” saciaron al mas acérrimo seguidor antes de que el señor Costello simulara un cuchillo acariciando su cuello para abandonar el escenario a regañadientes.

Hubiéra sido increíble ver la ruleta de la suerte de su “Spinning wheel tour” británico, en la que los temas iban saliendo al azar, que lanzara alguna de sus composiciones junto a Allen Toussaint o Paul McCartney, o escuchar la ausente “Alison” . A pesar de ello este servidor de la música consiguió meternos a todos en el bolsillo además de quitarnos durante un rato el mal sabor de boca tras la muerte del gigante JJ Cale unas horas antes. A él dedicadas estas líneas.

Texto: Miguel Ángel Ortiz

Fotos: www.plasticosydecibelios.com y http://fotopaco.blogspot.com.es

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