JAIRO ZAVALA (DEPEDRO): “LOS DISCURSOS VICTIMISTAS A MÍ NO ME APORTAN NADA”.

Nacido en Barcelona y con el pasaporte siempre a mano, Jairo Zavala (bajo el nombre de Depedro) continúa girando casi alrededor del planeta presentando “Nubes de papel” (Pias, 2010), un excelente segundo trabajo que se antoja asentado en las bases de la música, lenguaje internacional. Atrás quedaron los irrepetibles Vacazul, síndrome de una versatilidad encomiable. Ahora Depedro sigue en la brecha, otorgando vivencias y letras que van más allá de las fronteras.


Charly: Aunque sea un tópico, se te puede aplicar aquello de “con la música a otra parte”. Creo que la respuesta puede ser obvia, pero, ¿qué es lo que te empuja a girar por –prácticamente- todo el mundo a ese nivel y llegar, por ejemplo, a Australia?

Jairo: Me dejo llevar por los acontecimientos, sobre todo si la música es el medio de transporte. Creo que Depedro habla palabras que conectan en muchos sitios y que mejor para un músico que aprovechar la oportunidad de ser escuchado.

C: Aparte de las extensas carreteras y desiertos que también hay en el paisaje australiano… ¿qué viste o sentiste allí para que tuvieras una especia de déjà vu?

J: Estuve Baron Bay, me recordó a la costa de Cádiz  en cuanto al ambiente que había hace años allí: Caños, Zahara…

C: Curiosamente (y ya que hablamos sobre Australia); hace muy poco tuve una entrevista con cierto grupo australiano. Ellos decían que ya podías ser muy bueno, pero que tenías que moverte al mercado americano si querías hacer algo en la música. ¿El “secreto” está en hacerlo sin pensar en el dinero?

J: Creo que la música no tiene nada que ver con el show business, y estamos hablando de música, ¿no? Creo que Australia compite en el mercado anglosajón, ya que Inglaterra y los Estados Unidos son los que llevan la voz cantante. Claro, con maravillosas excepciones, entre ellas artistas australianos como Nick Cave. Los discursos victimistas a mí no me aportan nada.

C: Matizo, ¿es el dinero una ayuda para hacer lo que te gusta sin tener preocupaciones?

J: El dinero es un útil, no un fin en sí mismo.

C: Pero vayamos por partes antes de meternos en “tu pasaporte”. Me consta que más de una vez has dicho que tu música parece funcionar mejor en Estados Unidos. ¿Por qué crees que es? ¿Parte es culpa de los diversos “problemas de sordera” en España o porque te sientes más identificado con el espíritu viajero-cultural?

J: Los hechos demuestran que no sólo Estados Unidos se abre al sonido Depedro, pero si que en América, norte, centro y sur, la visión optimista y curiosa predomina.

C: Aunque supongo que el hecho de haber trabajado con Calexico (con la “llave” de Amparo Sánchez), grabar en Tucson, y que tu música –como anteriormente se ha comentado- funciona mejor en Estados Unidos que en España… ha tenido que ser el caldo de cultivo ideal para ello. ¿Me equivoco?

J: Es innegable que con la ayuda de amigos todo es más fácil. Estoy muy agradecido a la gente que me apoya, porque sé lo difícil que es esto y tener la oportunidad de ser escuchado es algo raro hoy en día.

C: Ya dentro del propio territorio norteamericano (como país), tengo la curiosidad por saber si Depedro tiene ciudades o estados donde sabe que el público es más mayoritario. ¿Zona fronteriza que pueda abarcar desde Baja California o Mexicali hasta Arizona o Texas sin olvidar la otra cara del blues de Chicago?

J: Todavía me queda mucho camino en ese país como para poder contestar con precisión a esa pregunta. He tocado en estados diferentes y la respuesta es muy positiva, no sólo en los que hay una comunidad latina amplia, al igual que en Europa.

C: O que influyan de algún modo en tu composición, como pasó con “La Llorona”, que si no me equivoco nació mientras estabas en México. Ahora más que nunca el país está sufriendo mucho con el narcotráfico y lo visitarás en unos días. ¿Haciendo música (como los narco-corridos) es una forma de apaciguar o combatir el problema, bajo tu punto de vista?

J: México es un país que adoro con una gran complejidad cultural y social, y creo que no soy el indicado para opinar.

C: Volvamos a Estados Unidos. Recuerdo que hace nada estuviste en Chicago por aquello del World Music Fest en el Instituto Cervantes… allí, además hay una gran comunidad latina. ¿Cómo influye el hecho de que en una ciudad u otra haya un determinado sector de idioma cercano al castellano?

J: Creo que la diversidad de idiomas lo que hace es enriquecerla, y que los que hablan castellano puedan disfrutar más de la música de Depedro

C: También es verdad que en cada ciudad visitada siempre se queda algún rescoldo en tu maleta, musicalmente hablando. Compartir cartel, pero sobretodo público, con Los Lobos tuvo que resultar algo didáctico a la par que vertiginoso…

J: Fue interesaste ver al público fiel que sigue a Los Lobos: hippies, moteros, melómanos… David Hidalgo es uno de mis músicos favoritos. “Latin Playboys” es un proyecto más que recomendable

C: Dejando atrás Norteamérica… y fraguando más la experiencia europea. Así de entrada me pregunto si el público del centro y norte de Europa es más frío que el americano.

J: En absoluto, hay una gran cultura de música en directo en toda Europa, y te puedo decir que saben divertirse.

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C: Y auguro que se respetará al músico como trabajador y no como parte del ocio, cosa que se hace aquí en España. Me refiero al hecho de que el famoso murmullo de fondo que se suele escuchar en salas españolas no es tan frecuenta en ciertos lugares pasados Los Pirineos.

J: No tiene mucho sentido ir a ver a Sigur Rós y estar hablando todo el concierto con tu compañero después de pagar una entrada. Pero que le vamos a hacer, así somos.

Texto: Charly Hernández.

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