RUPERT CADELL – “CAÑAVERALES, GUERRA, PAZ”

He de pedir disculpas brothers & sisters, por haber tardado tanto en hablar del segundo disco de Rupert Cadell, Cañaverales, guerra, paz que veía la luz ya hace más de seis meses, vía “Buenos Días Tristeza”,  sello creado por la propia banda. Muchas cosas que hacer, poco tiempo para lo verdaderamente importante, casi ninguno para el placer… como le pasa a todo el mundo supongo. He de decir que es agradable haber encontrado en toda la vorágine de sucesos que ocurren y de asuntos por resolver, un rato para dedicarlo a escuchar este disco. Lo primero que me encuentro en Cañaverales, guerra, paz es que es un disco mucho más luminoso melódicamente hablando, que su antecesor Al borde del fuera de juego y más crudo en cuanto al sonido, mucho más fiel al concepto de Rupert Cadell, que recordemos es un duo, Manuel a la guitarra y Samuel a la batería. Para esta nueva empresa, decidieron cambiar las agrestes llanuras manchegas por los atardeceres del Puerto de Santa María y ponerse a las ordenes de Paco Loco. Se nota su mano. La producción, con la voz y las guitarras al frente, a veces de forma bastante arriesgada, deja a un lado arreglos innecesarios, para centrarse en las letras como verdaderas protagonistas del disco. Letras que siguen, en cierto modo, la tónica de su primer trabajo, centradas en las relaciones personales, pero, desde luego, abordan el tema desde un punto de vista algo más positivo, pero sin perder la atmósfera desesperada característica de las composiciones del duo manchego.

Para mi gusto, los temas más interesantes vienen al final del disco. El octavo corte, “Valquirias”, es un ejemplo bastante claro de lo arriesgado del tratamiento de las guitarras, desgarradoramente lo-fi al final. Este, junto con el anterior, “La venganza de los esclavos” y “Linda boquita y verdes mis ojos”, sobre todo este último, son los momentos mas elevados del disco. Destacar también “Anna Karina”, la cara más folkie, con gran protagonismo de los coros de Samuel, mucho más presentes en este trabajo. El comienzo  también  mola, con la canción que adelantaba el disco, “De pecados capitales” y “El escritor y sus dudas”, un claro ejemplo de los desarrollos progresivos que adelantaban en su primer disco y que en este disco asimilan por completo.

Cañaverales, Guerra y Paz se presenta en formato vinilo + cd a un precio de 13 euros. Puedes conseguirlo en la web de Buenos Días Tristeza.

Miguel LCR

 

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