‘NÁUFRAGOS’, NIÑOS MUTANTES

El miedo, la rabia, la desilusión, la tristeza y la rabia otra vez, pueden impregnar un disco y no emborronar la luminosidad de su sonido. Niños Mutantes no están cabreados, están cabreadísimos y lo demuestran a través de 12 temas que, aunque nada sombríos, cuentan cosas bastante serias. Y es que no hace falta cantar chorradas para hacer canciones alegres. Además, ya era hora de que, después de 15 años y casi una decena de discos, estos granadinos dijesen: “Aquí estamos”, ¿no?. Por todos esos motivos, Niños Mutantes vuelven con Náufragos. Aún tenemos en nuestras mentes la extensísima gira de Las noches de insomnio, su anterior disco, que se empalmó con los conciertos de celebración del 15 aniversario de la banda. Parece que fue ayer cuando los mutantes cerraban gira junto a compañeros de tralla como Zahara, Lori Meyers, Abraham Boba o Guille Mostaza, y ahora, ni cinco meses después, presentan calentito y recién salido de los estudios de la Alpujarra, un disco desbordante de naufragios personales y sociales.

Arrancan con desengaños laborales. Jefes subyugadores, enajenadores y abusivos son el objetivo de ‘La puerta’, el tema de pop soleado que abre el disco. Destacable es también el místico y desgarrador ‘El miedo’, la intervención de la trompeta a lo spaghetti western y la aureola de cobardía que empapa la canción justifican versos como: “Tienes que aceptar que serás siempre un cobarde y no elegirás nada/Todo pasará sin que tú decidas nada”.

Aunque Náufragos es un disco enfadado con el mundo, reivindicativo hasta cierto punto y protestón (“reptiles, sanguijuelas, alimañas, piratas del aire, mal nacidos” cantan en Caerán los bancos), también es un trabajo con tragedias más íntimas. Es de suponer que la inspiración, al igual que al amor, “funciona siempre sin voluntad, e igual que llega sin avisar, puede irse corriendo” por lo que hay que aprovecharla, sea cual sea su vertiente. La tónica amorosa-zalamera continúa en la suplicante ‘Dame tu mano’ o en los teclados pillos, cómplices, del inicio de ‘Volverás’. Parecen estar diciendo: “no nos engañemos, vas a volver y lo sabes”.

Frente al discurso pesimista, ese de ‘en un tiempo pasado todo fue mejor’ de estos tiempos que corren, Náufragos es un disco positivo que ve luz al final del viaje y la música como único flotador. Y si hay que empezar de cero, como el guitarrero tema de mismo nombre, se presiona ctrl.+alt+supr y ya está.

Nani, Migue, Alberto y Andrés por fin han dado con un patrón en el que se encuentran cómodos grabando. El secreto está en meterse en una sala diáfana, tocar y captar el momento. Lo llevan haciendo así tres discos y los resultados están siendo sorprendentes hasta para ellos. “¿Eso lo he grabado yo?”,  fue lo que preguntó Andrés, el guitarrista de los mutantes, cuando escuchó el distorsionado y psicodélico ‘Muerte de un ampli’ que cierra el disco. Los Mutantes han vuelto –si es que algún día se fueron– y no les ha importado aniquilar algún ampli en el camino.

MMC

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