Después de los senderos luminosos por donde transcurría su primer disco, Nuevo Mundo, en Crónica del viaje de vuelta, Los pedales nos ofrecen otra cara. Vuelen con un sonido más contundente y renuncian a la impoluta perfección de su primer disco sin descuidar la melodía, indispensable en las composiciones de los hermanos Muñoz, que se han hecho cargo de la grabación de casi todos los instrumentos.

Se acercan a ratos a la psicodelia, coquetean con el ruido en algunos momentos… Se trata de otra producción en la que  Paco Loco ha dejado su huella. Con  la música mucho más en primer plano que en su anterior trabajo, las canciones muestran una faceta distinta de Los Pedales, menos hueco para las armonías vocales, que se sumergen en un pantano de reverbs y ecos empastando canciones basadas eminentemente en guitarras acústicas que se visten con infinidad de teclas e instrumentaciones superpuestas a veces de forma un poco forzada…  pero funciona… el “muro de sonido” le llama Phill Spector…

El disco comienza con “Efectos del Pánico”, una gran canción que ya avisa de que el resto del disco no será lo que esperan los que han escuchado el primero. Aunque abundan los temas de corte pop como “Destino”, “Tan Solo, Tan solo” o “Dejame”, también escuchamos temas con más intención, como la fronteriza “El Temporal” o “Barco de Papel”, el momento Beatles del disco y ejercicio del estilo propio de Los Pedales, aderezado con un toque lisérgico cortesía de Paco Loco, quién alarga también su sombra en el solo de “Fuera”,  Lo-Fi típico en sus producciones.

“El lugar del Crimen” y “Dejarme Llevar” son los mejores temas de un disco más que interesante que igual peca de largo, con 14 temas, y quizá también de exceso de complicación en la producción de temas como “Paseo Inventado” (a mi juicio habría quedado mejor algo menos forzada). En cualquier caso amigos y amigas, un gran disco y un gran trabajo de los Pedales.

Miguel LCR