Que no nos engañe el contenido ni el continente, nunca mejor dicho. Hace más de dos años Xoel López abandonó España con el objetivo de permanecer algunos meses en Argentina, pero esos meses se convirtieron en años de viajes inquietos a través de un continente que ha ayudado al músico gallego a crear un disco: Atlántico.
El contenido del primer trabajo de Xoel López tras abandonar el nombre-y el sonido- de Deluxe, son doce canciones que bien podrían haber creado un disco conceptual, pero que finalmente fueron mezcladas entre sí y concebidas como un álbum con más de un hilo argumental. El continente de estas composiciones es el propio Xoel. Como el estudiante que está fuera de casa durante semanas y vuelve al pueblo en vacaciones, impaciente y nervioso por el reencuentro con sus familiares y amigos, pero también contento y enganchado a todo lo que la gran urbe le está enseñando; así se presentaba en la tarde del martes Xoel ante los medios de comunicación que acudían a la puesta de largo de Atlántico en Picnic Bar. Entre las preguntas de esa rueda de prensa, se planteaba : “Xoel, ¿has vuelto para quedarte?”. “Pues la verdad no lo sé”, contestaba dubitativo “Aunque reconozco que me gusta no saberlo”. Y es cierto, Xoel siempre se está yendo y esa es una de las ideas que subyacen en Atlántico.
Pero vuelvo a advertir: que no nos engañen las canciones ni la forma de encasillarlas. El disco es arriesgado, los juegos de voces y los ritmos experimentales así lo demuestran, son temas influidos fuertemente por el folclore latinoamericano pero también por el gallego. El músico ha tenido que empaparse de nuevos sonidos, acordes desconocidos, ha acudido a clases de guitarra, de percusión (desde los 16 no lo hacía), la influencia british que lo caracterizaba ha mutado en un acogedor sonido más latino… pero eso no significa que no haya vuelta atrás. Justo al final del trabajo, con los siete minutos de ‘El asaltante de estaciones’ , se nos da la pista de que esto posiblemente no sea para siempre. El anterior sonido de Xoel no ha quedado enterrado, como no quedan enterrados los sentimientos que originan un disco como este o cualquier otro. El propio Xoel confesaba “el final tan ‘british’ de esa canción no es fortuito. Lo quise hacer a propósito, dejar una puerta abierta a ese sonido para futuros trabajos”.
Pero además de volver a recibir clases de música, durante estos años Xoel ha tenido tiempo para jugar al fútbol los martes y los jueves y también para producir un disco a un joven uruguayo. Esta calma que ha encontrado lejos de casa le ha permitido escribir canciones con tiempo. Doce meses con sus doce días y noches ha tardado en darle forma a ‘Buenos Aires’, que bien podría considerarse conceptualmente la pieza de arranque de esta aventura con nombre propio. En ‘Buenos Aires’ no para de repetirse una idea (“cansado de estar cansado”) que nos hace entender un poco mejor la historia que muy resumidamente es la de un tipo que cansado de su vida, un día decide dejarlo todo para salir en busca de quioscos de flores y amores perdidos. A su regreso, después de vivir y sentir mucho, vuelve con un gran álbum de fotos en forma de disco. El inicio del disco como lo conocemos hoy en día, la primera y única canción que Xoel escribió en España antes de marcharse, fue ‘Joven Poeta’.
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Aunque admite que “de la urgencia también salen cosas muy interesantes”, Xoel ha encontrado la calma y lo cierto es que le ha sentado bien. Una gestación lenta, con mimo y sin prisas ha dado forma a un trabajo rítmico, alegre, autóctono (no se sabe muy bien de dónde), un disco que ha significado la vuelta de un músico itinerante que no se fue tan lejos.
MMC