GIANT GIANT SAND – TUCSON, A COUNTRY ROCK OPERA

Habíamos hecho algunos kilómetros con el coche para ver a los Giant Sand que ese día actuaban en este lugar perdido del extrarradio de la ciudad. La noche había caído lentamente sobre la carretera. Llegamos a una sala profunda y vacía, pero cálida en su luminosidad que conjugaba con buen gusto unas alfombras grandes y diversos tapices hindúes que forraban el suelo y las paredes. Había una hilera de farolillos rojos de cristal que caía desde el techo hasta las mesas. Al entrar nos envolvió una caricia inopinada de fresco perfume a jazmín y madreselva que abrazaba con agrado cada uno de los rincones de aquel espacio. Aunque en ese momento no había nadie, vimos a Howe Gelb hablando con dos tipos junto a la mesa de sonido. Yo llevaba en la mano uno de sus últimos álbumes y me acerqué. Se lo ofrecí para que me firmara la cubierta. Me miró con un gesto contrariado, comentó algo que no llegué a entender y con un bolígrafo que alguien le prestó realizó un garabato ininteligible sobre la portada del disco. Un tipo me señaló que Howe Gelb no firma autógrafos, pero que esta vez haría una salvedad, porque pensaba que éramos lugareños y aquella ciudad le gustaba especialmente.

Estas imágenes me vienen hoy a la memoria cuando escucho en casa, el nuevo álbum de la banda. Advierto en la fotografía de la portada, mientras disfruto de la primera canción marca de la casa “Wind blown waltz”, una pareja sobre el escenario en un pequeño teatro imaginario delante de los cactus del desierto. Ambos llevan un micrófono en la mano y sus rostros se derraman en una iluminación pobre, aunque sugerente, y es cuando las canciones del nuevo disco de Giant Sand vuelven a seducirme entre el influjo de la música country-rock, el folk, el blues y el jazz. En este trabajo Tucson. A country rock opera (Fire – Popstock! 2012) Gelb ha invitado a otras voces a participar: Brian López en la hermosa “Love comes over you” o Gabriel Sullivan en “The sun belongs to you”, por ejemplo. Presenta diecinueve temas y dicen que habla de “un hombre entrecano con la ingenuidad de un niño” que decide abandonarlo todo, dejar atrás las cadenas de una vida de rutina y confusión para adentrarse en un mundo de aventuras, en una existencia que se curte entre los márgenes del error y los aciertos, entre lo previsible y el encanto de los viajes sin destino. Alguien cuenta su vida desde un bar de carretera y masticas el sudor de los caminos polvorientos mientras escuchas la voz grave y siempre seductora de este vaquero solitario de Arizona y sus músicos daneses en un paseo de sabores fronterizos con el precinto de este grupo de rock americano que viene entregando un elenco de buenos discos sin estropearse hasta el momento.

Julio Demonio

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