No se nos podía escapar este disco a los amantes del alt-country y el americana en general, y de los Jayhawks, en particular. Es su última referencia discográfica y ha pasado ya un año desde que se publicara, pero es ahora, cuando me siento a escribir sobre ella y siento su prematura madurez. Prematura, sí, porque ha pasado muy poco tiempo para que el artefacto suene tan bello y clásico a la vez.
Esto no debería sorprendernos, puesto que estamos ante el regreso de uno de los tándems compositivos que más alegrías proporcionaron durante la década de los noventa, Gary Louris y Mark Olson, junto al resto de la formación clásica de la banda.
Es contradictorio que Louris confesara en su momento que “después de “Blue” poco queda ya que hacer” y que de este Mockingbird Time dijera “es lo mejor que hemos hecho nunca”. Ni lo uno ni lo otro, tras “Blue”, han sacado preciosas canciones como las del Ready For The Flood que firmaron sin la marca Jayhawks o como las de este último, pero con lo que tampoco estamos de acuerdo es con la segunda afirmación.
No es lo mejor que han sacado nunca, ni de lejos, ya que estamos hablando de una de las bandas que modeló esa tendencia llamada country alternativo, el cual se agotó en el mismo momento en que se creó. La senda quedó marcada y en Mockingbird Time se continúa por ella, tal vez con una producción aún más cuidada, pero pierde compositivamente al ser comparado con los otros dos álbumes de la formación clásica e incluso con el Ready For The Flood, firmado por ambos en solitario. Incluso, por momentos suenan a caminos transitados muchos años antes por gente como Crosby, Still & Nash, Neil Young o The Byrds, por lo que el factor sorpresa es casi inexistente.
Esto no quita que canciones como “She Walks In So Many Ways”, con sus edulcoradas melodías, “Cinnamon Girl”, con ese glorioso estribillo o “Hey, Mr. Man”, con ese rollazo tan beatleniano que ellos combinan tan bien con el americana, suenen ya sobresalientes dentro de su discografía. Los 50 minutos de disco no ayudan a que estemos hablando precisamente de un disco redondo, pero me resulta imposible decir nada malo sobre The Jayhawks. Soy incapaz. Si acaso, que no nos gustó que esta pareja de amigos se separara tras aquel inmenso Tomorrow The Green Grass al que tantas veces recurrimos y con el que siempre se perderá en comparación con obras posteriores, como pueda ser el caso.
Que lo disfruten.
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Guillermo Fernández