Havalina está en un momento intenso de su carrera. Hace pocos meses celebraban su décimo aniversario como grupo y actualmente están concluyendo la gira de presentación de su último disco Las Hojas Secas . En pocos días estarán listos para  grabar un próximo álbum que nos mantiene impacientes e intrigados, pero antes hemos podido hablar con ellos.

“Respecto al último disco este es muy oscuro de sonido, pero tiene un punto luminoso en cuanto a las letras. En Las Hojas Secas  todos los temas tienen profundidad, están muy llenos. Ahora estamos yendo a ritmos más fluidos, a nivel de composición las canciones son más ligeras”, cuenta Ignacio, bajista de la formación. “También tiene menos tensión emocional, `Las Hojas Secas ´ es un disco muy denso, a todos los niveles. En este estamos… más felices”.

Algunos de los temas ya los han presentado en concierto, dentro de la larga gira de Las Hojas Secas, que les ha tenido sin descanso de manera prolongada. “Lo más duro es cuando te despiertas por la noche porque Manu se ha metido en tu cama”, dice Ignacio entre risas.  “Hay mucho trabajo en una gira, y prácticamente todo se lo come el músico. Es agotador, estás muchas horas fuera de casa,…pero da igual, el momento de tocar justifica todo lo demás. Sí que es cierto que cuando la compañía es buena no se sufre”, comenta Manuel, voz y guitarra de Havalina.

Aunque también hay días en los que el espectáculo es duro, como cuando toca enfrentarse con una sala vacía. “En Galicia tocamos sin público. Es difícil pero en realidad fue positivo a largo plazo, porque de ahí no puedes ir a peor. Antes de eso podría decirse que teníamos más ambición, pero tras ello cambiamos el chip. Fue muy liberador y nos dimos cuenta de que no teníamos que pensar a la hora de hacer canciones, sino dejarnos llevar. Eso iba a ser mejor siempre. A partir de ahí fue cuando empezó a funcionar Havalina”.

Por suerte, las recompensas son muchas y esta banda madrileña también pasa por momentos muy especiales. “En el X Aniversario Ignacio trajo un disco de once versiones hechas por grupos amigos, que había estado preparando durante meses junto con nuestro técnico de sonido de directo, Isaac Rico. Fue la sorpresa más grande que me he llevado en mi vida y quizá el momento más bonito de la banda”, recuerda el batería, Javier.

“A mí lo que más me gusta de Havalina es tocar con mis amigos. Darse cuenta de lo bonita que puede llegar a ser nuestra relación es lo que hace que el grupo suene realmente bien”. Pese a la inercia que mueve el grupo, tras siete discos parece que van más allá de una banda de colegas, aunque ellos no terminen de creérselo. “En la banda no existe esa sensación de éxito que a lo mejor desde fuera sí se percibe. Cuando tú vas dentro de la nave nada te sorprende porque lo has ido viendo crecer. A veces sí lo ves muy grande, pero más por una cuestión relativa a nosotros, interna”, se sincera Manuel.

“La maquinaria está muy engrasada ya. Es muy fácil trabajar, conseguimos resultados con nada de esfuerzo, pasándolo bien, disfrutando del proceso,… ni siquiera nos atascamos, vamos siempre para adelante.”

“Nuestras aspiraciones no son ninguna. Bueno, nos gustaría mucho no tener que cargar con el equipo, conducir,… subir al escenario y solo tener que colgarte el instrumento”. (Se ríen y asienten todos). “Pero vamos, yo vengo a tocar y es un sitio en el que me siento cómodo, todo es fácil y agradable. Estás en casa. Havalina es lo mejor que puede ser ahora mismo, no se me ocurre un mejor escenario”.

Ni a nosotros una banda similar. Se han hecho un hueco entre nuestros cd´s, un espacio en nuestra agenda y han redefinido nuestro concepto de la música. Melodías y transiciones que se suceden unas a otras como fases vitales, y siguen su curso natural como un concepto vivo y cambiante. Una música creada desde las emociones y experiencias más personales y, que sale al exterior cautivándonos y materializándose bajo el nombre de Havalina.

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Sara Villoria García (Lady Grape)