EL SALTO SIN RED DE RUBÉN POZO

Baires (documental realizado sobre la gira en Buenos Aires que Rubén y Leiva hicieron cuando aún eran Pereza), reflejaba la extraña y emocionante sensación  de unos músicos mediáticos, agobiados por el fénomeno fan, que de repente se convertían en desconocidos ante el público argentino. El auditorio no conocía las canciones de la formación y ellos tenían que “empezar de cero”. Ese sentimiento, pero a lo bestia y ahora de verdad, es el que están experimentando los ex miembros de Pereza al comenzar sus caminos en solitario. Con una excepción, cuenta Rubén Pozo: “Ahora voy sin red”.  El músico de 37 años, firme en sus palabras, ahonda en el tema: “Estábamos empezando en Argentina, pero luego veníamos a España y ahí estaba la red. Ahora no estoy jugando a que empiezo otra vez, estoy empezando otra vez. Y no está el comodín de Pereza”.

Este empezar de nuevo ha venido de la mano de Lo que más. Un disco que refleja la carrera de fondo que ha seguido el músico desde sus inicios, a los 17 años, cuando estaba en Buenas Noches Rose. “Es un disco como yo, soy un artista de fondo, de largo recorrido. Como ha sido toda mi carrera”. En esta nueva etapa, Rubén confiesa haber aprendido a mirar las ciudades, los bares, y las personas de una manera distinta, pero, ¿hay que mirar a Rubén Pozo de otra forma?: “No sé, creo que hay que escucharme sin prejuicios”. Los seguidores de Rubén son variopintos, los hay nuevos, que se han visto sorprendidos por la propuesta del madrileño; pero también de los de toda la vida. Como la joven y triste chica que se acerca al músico, en la calle, y en tono de disculpa comenta: “Rubén, no voy a poder verte esta noche. No me dejan entrar. No tengo la edad”.

Esta noche el ex Pereza toca en Búho Real. Será Rubén Pozo, sin Leiva, pero tampoco sin el resto de músicos que lo están acompañando en la gira de Lo que más. La joven que aún no ha cumplido los 18 no será la única que se quede sin ver a su músico preferido. La legislación vigente impide que los menores de edad, entre los que se encuentra un público objetivo importante, puedan acceder a las salas de conciertos. Un auténtico “expediente X”, como denuncia Rubén: “Creo que hay mil maneras de hacer que un menor entre a las salas y no beba alcohol”. Se le ve realmente molesto con el asunto. “A ver si ahora la culpa de que los chavales se emborrachen va a ser de los conciertos”. Con una mueca pícara, dudando si decirlo o no, finalmente acaba gritando a la grabadora: “Lo digo con la boca grande. ¡¡Colaos!! Menores, colaos en los conciertos, claro que sí, la música es Cultura. Tratad de que no os pidan el DNI, pintaros bigote, poneos tetas… No sé, hacer lo que sea, pero colaos”.

Que Alberto Ruíz-Gallardón no deje abortar a una madre que va a dar a luz un feto con malformación, o las medidas (recortes y subidas del IVA) que están afectando a la población en general y a la cultura en particular, también son “expedientes X” para Pozo. Rubén, resignadamente contento, afirma: “Si te gusta esto, si ya has hecho de esto tu profesión, tienes que estar a las duras y a las maduras.”

La principal razón por la que el concierto de esta noche es sin banda reside, sobre todo, en lo complicado que está (economicamente hablando) mover a tantos músicos. “No puedo hacerlo siempre”, aclara Rubén, y continúa,“Pero joé, me moría de ganas de tocar. Además, así es como han nacido las canciones. Con una guitarra y con mi voz”.

Ya en Búho Real, el concierto arranca casi con una hora de retraso. “¡He estado ahí metido (en el cuarto-“camerino” de la sala) esperándoos!” comenta riendo el músico. “Sé que estábais en las terrazas y habéis venido porque ha empezado a llover”. Y es cierto, ha caido un chaparrón importante, pero dentro de Búho Real el ambiente es cálido, el público arropa a Rubén y éste se arranca con ‘Está lloviendo’, de su etapa en Pereza. No es la única canción que rescata del pasado, también suenan ‘Matar al cartero’ (“la adaptación a estos tiempos sería algo así como ‘matar al Twitter’, explica Rubén”) o ‘Margot’, que cierra la actuación.

Pero el concierto está protagonizado por temas de Lo que más, que cobran mayor sentido cantados así, en petit comité y mientras la gente permanece en silencio: “Creo que soy más cantautor que rockero. Me trabajo mucho las letras y eso hace que no todo el mundo entre en ellas”, comenta. Lleva razón, pero la percepción del público, esta noche, no es la de estar viendo a un cantautor, aunque la imagen sea la de un chico solo con su guitarra. ¿Habría sonado igual Lo que más si desde el principio se hubiera concebido como un disco en soliario y no como canciones para Pereza?: “Hubiera salido igual. Cuando compongo no estoy pensando en la banda que lo va a tocar, estoy pensando que lo que estoy escribiendo tiene que transmitir, ser emocionante. Que suceda esto, ya me parece un milagro”. Lo cierto es que el “milagro” se produce en Búho Real. Las canciones funcionan igualmente bien en acústico, aunque, dirigiéndose al público que ha completado el aforo de unas cien personas que tiene el local, apostilla: “Me encantaría tener la banda para patearos bien el culo”.

Rubén nos adelanta que este concierto es el primero de una gira de acústicos que tiene la intención de comenzar el próximo invierno. Eso sí, siempre que las circustancias lo permitan, tocará en eléctrico, con banda, que es lo que le gusta. Al fin y al cabo, él nació para estar en un conjunto.

MMC

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