NIÑO Y PISTOLA – THERE’S A MAN WITH A GUN OVER THERE

A veces las circunstancias nos empujan al extremo. Al fin y al cabo todos guardamos un lobo debajo de la piel de cordero con la que nos viste la civilización. Normalmente, hay que cavar muy hondo para sacar a la luz ese tipo peligroso que vive en nuestro interior. Pero no tiene por qué ser un proceso rápido, a veces ocurre poco a poco, día a día, semana a semana, año tras año.

Siempre me admiro de la paciencia (o apatía) de la gran parte de nuestra sociedad ante a los problemas por los que atravesamos y sus responsables. Ellos son gente que no conocemos, que vemos a través de Internet, o de los periódicos o la tele, que vive en un mundo al que nosotros no podremos acceder jamás y que tampoco comprendemos muy bien a veces. Pero ¿qué pasa si le pones cara todos los días?, ¿qué pasa si lo tienes a tu lado?. El protagonista de la historia que cuenta Niño y Pistola en su último disco “There’s a Man With a Gun Over There” decide “ponerle las cuentas a cero”, como dice mi amigo jara, al culpable de sus problemas, a su jefe. Decide matarlo, pegarle un tiro, “By The Grace Of God”. Y lo hace sin esconderse, confesando sin problemas de remordimiento sus planes a Mitch, el dueño de Mitchell’s, la tienda donde compra la pistola por cincuenta dólares, cuando le pregunta para qué la quiere; o justificando ante la policía su asesinato: “no era un buen hombre”.

Nuestro héroe ha conseguido su momento de revancha y de triunfo, pero las razones de lo que a uno le parece justo, a veces, no coinciden con la justicia y, como no podía ser de otra manera, acaba pasando 10 años en una cárcel de mala muerte pagando su crimen. En este momento acaba la primera parte del disco que, hasta ahora, no ha tenido pausas entre las seis canciones que la conforman.

Diez años después en nuestra historia, y unos 10 segundos de pausa después en el disco comienza la segunda parte. El protagonista vuelve a su hogar, donde no queda nada de su vida anterior, ni su familia, ni su vida, ni su casa le espera. Hay que empezar de cero otra vez. El sistema ha movido su enorme engranaje y ha ganado por 1 a 2. El “ojo por ojo” no es manera de solucionar el problema, no forma parte de lo que conocemos como sociedad. Uno no puede ir por ahí con una pistola matando a todos los cabrones con los que nos vayamos encontrando, quizá haya una bala con nuestro nombre además…

Pero, ¿quién es el culpable realmente?, ¿es nuestro protagonista un psicópata?, ahora que ha pagado por su crimen, ¿todo va bien?. La respuesta parece clara, y más en los tiempos que corren. La historia que se cuenta en el disco ocurre hace cincuenta años, pero por desgracia tiene vigencia en la actualidad. La misma conclusión a la que hemos llegado tanto tu como yo queda plasmada en la inconmensurable coda que cierra el disco, “We’ve Had Enough”, hemos tenido suficiente.

De la música no voy a hablar demasiado; es un disco simplemente delicioso. Una muestra más de que el epicentro del rock ha viajado al noroeste de este país, miserable país, como dice mi amiga Laura. De verdad, deberías escucharlo.

Miguel LCR

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