Mr. Grohl, no necesita de Facebook para darse un buen homenaje al ego o un siempre apetecible atracón de vanidad al estilo siglo veintiuno como el mas común de los mortales. Ha elegido no hacer un poquito mas rico al pánfilo de Zuckerberg, y de paso intentar fliparnos otra vez como a teenagers para comerse después el pastel. Gran jugada. Resultado: “Sound City”. Buena y idea y su primera experiencia cinematográfica.

Bajo el epígrafe de “Real to reel” Dave rememora todo lo que supuso para él viajar desde Seattle para grabar Nevermind hasta estos míticos estudios angelinos en los que Neil Young, Fletwood Mac o Tom Petty acompañado por el uraño barbudo de Rick Rubin hicieron algunos de sus mejores trabajos.

Oda a la edición analógica y al error convertido en petróleo, algo de lo que las nuevas grabaciones carecen, nuestro (con permiso de Bono) metementodo favorito nos hace pasar un buen rato acompañado de amigos como Trent Reznor, Josh Homme, Krist Novoselic o, palabras mayores Paul McCartney (sentado en sus rodillas) ver para creer.

Tirando de cartera y de un envidiable poder de convocatoria, Dave tras enterarse del cierre del estudio debido a la sobre-tecnológica “Era Vulgaris” en la que la música vuelve a adentrarse peligrosamente, rescata la vieja mesa Neve, el corazón del recinto, volviéndola a montar en su casa y grabando un disco con sus compadres. Jugada facilona, pero redonda y bien documentada que nos hace disfrutar de lo lindo, no ya de las anecdóticas canciones sino del ambiente y camaradería entre todos los músicos y el productor del disco (b.s.o. también ya a la venta)

Una interesante aportación al cine documental musical que sin duda gustará tanto a cualquier fan de Nirvana (imprescindible) como al menos fiel de los seguidores de Dave que a buen seguro y como nota negativa echarán de menos mas chicha en lo referente a la historia del estudio y menos la invertida en sus pachangas con los colegas.

Miguel Ángel Ortiz