El pasado viernes 17 La Casa con Ruedas se desplazó hasta la sala Pop&Dance para disfrutar del directo acústico de Raúl Querido y Algora.

Un poco más tarde de lo que anunciaba el cartel, empezó a sonar la música de Raúl Querido. El de Carabanchel ofrecio un concierto muy cercano y buenrrollista en el que no faltaron “Christina” y “Amaia”, sus canciones-crítica a Amaia Montero y a Christina Rosenvinge, de la que comentaba no sin cierta sorna que “inventó el indie”, y que podemos encontrar en su EP “Enamorado de las Rubias”. No se libró tampoco Mai Meneses, a la que también dedica el tema “Mai, oh Mai”, que incluyo en el repertorio.

Reseñar que Algora le acompañó interpretando “Putrefacto” y la falta en el repertorio de “Chicas Skater”… una de mis favoritas.

Después en escasos 15 minutos entraría al escenario el segundo invitado de la noche. Si hay un reto difícil para cualquier artista que se precie, ese es su segundo trabajo. Algora presentó “Galimatías” la pasada primavera, dejando claro que aquel Planes de verano que nos atrapó hace tres años era sólo el principio de un viaje lleno de paradas. Y es que si aquel álbum nos consiguió hipnotizar con el surrealismo de ambientes como Paraaaguas o Querido hombre cebolla, con este segundo largo hemos ido, junto a él, un poco más allá. Y es en directo donde todo esto queda claro. Craneo roto, primer sencillo extraído del álbum, sirvió para abrir un concierto que fue creciendo poco a poco, canción a canción y que fue coreado y disfrutado por todos los asistentes, entre los que predominaba mucha barba de siete días. Menos que cero, Cincuenta estrellas, Los ojos del insecto, la cual dedicó a su pareja, fueron algunos de los temas que Algora interpretó al uso, con una fidelidad absoluta a lo registrado en Galimatías.

El tema Cocodrilo fue uno de los momentos claves de la noche, demostrando la versatilidad de sus acompañantes, con Nacho Capintero alternando teclado, coros y trombón. Conforme fue avanzando el concierto, fueron surgiendo los que ya se pueden considerar los clásicos de su carrera. Una magistral interpretación de Cucarachas, en la que varió prácticamente todas las melodías, calentaron el ambiente para una segunda parte del concierto en el que el publicó interactuó muchísimo mas, coreando y bailoteando pistas como Paraaguas, El traje de bombillas y sobre todo, Mister High Heels. Pero también hubo momentos para el intimismo, con una estupenda interpretación de David y terminando con un Techno triste, que vista la reacción de los asistentes, no hizo honor a su nombre.

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Armando Gonzalez y Sergio Espinosa