Monasterio me ha dado la oportunidad de tener un trato más cercano con muchas bandas, y eso es impagable. El caso que a continuación paso a relatar me ha tocado especialmente, ya que muy amablemente Carlos Santolobo, guitarra y voz de The Cannibal Queen, me sorprendió con una copia de su último largo “Devour All Without Faith”, y encima es mejor que su debut.

Empezando por su diseño, un bonito digipack con ilustraciones de Laurie Lipton, el álbum ya te dice que tiene algo especial. Si a esto le unimos que viene acompañado de unas inmejorables críticas en numerosas revistas especializadas (Rockzone, mondosonoro…) , el desembalar dicho cd nos devuelve a esa época en la que el ritual de degustación de un disco se convertía en algo majestuoso.

Y efectivamente, es poner el disco en el equipo, dar al play y, amantes del metal, sabréis que habéis acertado 100%. El disco se abre con “This is Absolution”, un in crescendo que da paso a “And the Pain Goes On”, calentamiento para el tema que da nombre al disco, el cual posee poderosos riffs de exquisito gusto. El susurro inicial de “In a vain” contrasta con el acelerado ritmo de batería y “I Don’t need You”, recuerda a unos Megadeth con estribillos coreables. “The Wall In Front Of Me” comienza como un medio tiempo para convertirse en un tema rockero donde los haya. Es pasado el ecuador del disco donde aparecen, en mi opinión, los temas más curiosos , hablo de “I Am The Enemy”, la acelerada “Crash or Trail” (de lo mejorcito) y la enérgica “Will it Never End”.  Como colofón final nos dejan con “Breath My Venom”, que recuerda a los Godsmack más oscuros.

Dos barceloneses, una francesa y un australiano que a base de hacer buenos temas han conseguido telonear a Deep Purple, Dark Trankility o Avenged Sevenfold merecen parte de tu tiempo.

Alfonso Sanguino