Sesenta y cinco ardientes minutos de crudo rock´n´roll nos ofrecieron el pasado miércoles, The Jim Jones Revue en la sala Sol de Madrid. Fusión del núcleo. Fuga de neutrones. En el que, como avisamos desde La Casa Con Ruedas, iba a ser uno de los espectáculos de rock más cruentos y despiadados del año.

Lo de estos tíos no es de recibo. Te despachan un pedazo de repertorio de canciones de no más de tres minutos, little richarescas con actitud punk, sin concesiones, en poco más de una hora y cuando te quieres dar cuenta se han marchado y te han dejado con la boca abierta. Babeando como un cachorrillo con ganas de devorar otro filete.

Tupés, botines, pantalones pitillo… Mucho rockabilly y mucho rocker de los de toda la vida y más público femenino del que cabría esperar, fue lo que encontrábamos al entrar a la sala. Con puntualidad británica hacían su aparición los héroes de la noche. Con un locuaz y simpático maestro de ceremonias, Jim Jones, que no paraba de alentar a su público a berrear “yeah” y dar palmas.

El bolo se abría con el primer tema de su último disco “Dishonest John”, la llave para desatar el infierno en la tierra, y la gente enloquecía cuando entraban en acción los teclados y esas maravillosas Grestch y Gibson emulando a los grandes de los 50´s. Jim alentaba a la masa “En el bolo de anoche en Barcelona el público era mejor” y la masa le respondían con la entrega que se merecía. Comunión total entre escenario y platea.

Uno a uno nos fueron colando los trallazos que conforman, los hasta hoy, dos discos que tienen en el mercado. No faltaron el “Rock´n´Roll Psychosis”, “Elemental”, “Premeditated”, “Burning Your House Down”, “Princess and the Frog”, etc

En los bises regalaron un “A Big Hunk Of Love” de Elvis Presley ¡que quitaba el hipo, hermanos! Y como contaba, cuando te das cuenta se están marchando, ha pasado una hora de reloj y ni te has enterado. Pero claro, lo bueno, si breve e infernal, dos veces bueno.

 Bilbao, Zaragoza, Alicante y Castellón son sus próximos destinos. ¿En serio te los vas a perder?

Guille Fernández