Oriundos de Minnesota, la tierra de los diez mil lagos, donde se dice que si alguien se ahoga en el más grande de ellos, su cuerpo nunca sale a la superficie, tenían el paisaje idílico para componer unos temas en los que el  amor y el desamor, esperanza e inocencia,  son el tema principal. Será esa magia la que inspiraría a The Jayhawks a dar a luz las prodigiosas canciones con las que nos deleitaron en discos como este Tomorrow the green grass, magistral aleación rock-country y folk, es la simbiosis entre la fuerza de la guitarra eléctrica y el romanticismo de la acústica, es la firma de Gary Louris y Mark Olson.

El que supone su cuarto álbum de estudio es, Junto a Hollywood town hall (1992), la pieza más valiosa de su carrera, encontrándose dentro de la época dorada de The Jayhawks, la cual culmina con el abandono de Olson debido en parte al estado de salud de su mujer, Victoria Williams, aquejada de esclerosis múltiple y en parte a desavenencias internas de la banda y su desengaño con el negocio musical…cosas que pasan hasta en las mejores familias.

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“Sabíamos que algo iba a suceder, o yo lo dejaba, o él lo dejaba o lo dejaba Perlman (bajista). Incluso nos juntamos y comenzamos a trabajar en el disco, pero creo que todos lo sabíamos. Éramos como una vieja pareja de casados: habíamos adquirido una serie de hábitos difíciles de romper con la misma formación”. Explicaba Louris. Memorable despedida de la formación clásica sería este Tomorrow the green grass, que es una joya para los oídos, un temazo detrás de otro, un santo grial del sonido americana.

Desde la apertura del disco, con la canción Blue, es maravilloso el contraste de las voces de Olson y Louris sobre una melodía inolvidable. Es, según ellos describen, su canción más bonita. I´d Run Away es uno de los sencillos más pegadizos del set list, su potente comienzo te hace esbozar una sonrisa. En ella, al igual que en Over My Shoulder o Nothing  Left To Borrow, se  introducen arreglos de cuerda, que junto al sonido del teclado y los coros de la teclista, Karen Grotberg, hacen que empieces a entender por qué sus canciones son tan jodidamente bonitas.

Entre otros temas destacables encontramos Miss Williams Guitar, dulce canción dedicada a Victoria Williams, la mujer de Olson, que es la antecesora a Two Hearts, en la que el disco desprende un halo de intimidad. Sin duda, Bad Time, original de Grand Funk Railroad, es de mis preferidas. Para mí tiene un toque teenager que la hace muy pegadiza. Ese debe ser el sonido que esconde un primer amor no correspondido. Entrañable, inocente, preciosa.

Ten Little Kids es quizá la canción más fresca del disco y es la elegida para cerrar el elenco. Hace que te quedes con un buen sabor de boca y te den ganas de pulsar el botón de “Reproducir todas las pistas” una y otra vez. Es un disco que los buenos paladares musicales sabrán apreciar, y si queréis dar fe de ello, presenciar alguno de los conciertos de la nueva gira de The Jayhawks, porque el tándem Olson/Louris, de nuevo unidos, presentan nuevo disco, “Mockingbird time”, y hacen alguna paradita por las tierras españolas.

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Cris Cejudo