Su música es difícil de digerir, él lo sabe, pero no le importa. Escribe lo que nadie más puede escribir por él. Considera que el amor puede ser muchas veces un fin en sí mismo y así lo refleja en todos sus trabajos. El último de ellos, “La Vida es Extraña y Rara”, ha sorprendido a propios y extraños por la variedad de sonidos que esconde, siempre guardando la brillantez y la firma de Fernando Alfaro. El ex Surfin’ Bichos ha hablado con La Casa con Ruedas y esto es lo que ha contado.

En “Sin Cobertura”, cantas que aunque la vida en general no es prescindible, una sola vida si que lo es. Sin embargo son (somos) muchos los que te consideran una figura indispensable en la música española de los últimos 25 años. ¿Cómo valoras la importancia de tu obra al mirar hacia atrás?

Veo que voy a prendiendo y me queda mucho por aprender y no es falsa modestia, la verdad. Sí que creo que he hecho cosas de las que estoy muy orgulloso, pero en realidad yo sólo hago canciones. Intento pasarlo bien por el camino, hacer cosas que tengan sentido. Resumiendo, que nadie más pueda decir si no lo digo yo. Creo que es por lo que empecé a hacer música.

Después de tantos discos y tantas formaciones, ¿ha cambiado mucho el impulso creativo desde la época de Surfin’ Bichos hasta hoy? ¿Qué te lleva a seguir escribiendo canciones?

Es evidente que con veintitrés años más somos distintos. Mi forma de actuar en todos los sentidos es diferente. Ahora soy mucho más indolente. Soy más pasota (risas).Antes me agobiaba mucho más, era bastante obsesivo, control absoluto con todo lo que tenía que ver con mi música. Ahora dejo fluir mucho más y a la vez he aprendido a convencer mucho más  la gente de otra manera, a no imponer nada. Conseguir que las cosas salgan como yo quiero pero de una forma mucho más pausada.

Supongo que eso te lo va dando la experiencia y los años

Sí, sí. Pierdes muchas cosas por el camino cuando vas cumpliendo años, pero también aprendes otras, eso está claro. Es lo que compensa, sino nos volveríamos locos.

Cuatro años después de Carnevisión (2007), un disco denso que tal vez por falta de promoción o de recursos para girarlo pasó un tanto desapercibido, editas un nuevo disco con el que buscabas, según has dicho en alguna entrevista, una mayor accesibilidad, que las canciones entraran a la primera. ¿Crees haber logrado el objetivo? ¿Por qué crees que La vida es Extraña y Rara está funcionando tan bien?

Yo diría que son un poco las canciones de cada uno de los discos las que han marcado el sonido final que tendría y su propia accesibilidad. De todas formas, digamos que este disco es un poco accesible para mis parámetros, es primo hermano de Tejido de Felicidad, de Hermanos Carnales… de ese tipo de discos. En cambio Carnevisión por su propio concepto era un poco más oscuro porque hablaba de etapas de la historia  de la humanidad muy oscuras. En este disco eran vivencias mucho más personales, más nítidas, aunque hay oscuridades muy profundas también, eso es lo que quería que se viera reflejado. Es más asequible porque, estamos hablando de un disco mío, no nos engañemos (risas), el disco es música pop pero te va llevando un poco como una montaña rusa para arriba y abajo.

A pesar de sonar 100% a Fernando Alfaro, en “La vida es extraña y rara” amplías la paleta sonora incluyendo toques de calipso (“Camisa Hawaiana de fuerza”) o arreglos de pop spectoriano (“El último crooner”) ¿Qué responsabilidad tiene Raúl Refree como productor y, en general, qué huella ha dejado en las canciones?

Esta especie de extremismo que de repente una canción suena punk rock salvaje y unos segundos después suena bossa-nova, creo que ha estado presente en mis canciones desde el primer día pero en este caso esto está mucho mejor subrayado. Esta dicotomía, estos extremos…todo esto lo hablamos mucho antes de empezar a grabar el disco y Raúl lo supo captar perfectamente. Además él conocía mi música desde el principio. Yo recuerdo que lo conocí cuando él trabajaba en una radio, con motivo de una entrevista que me hizo por el segundo o tercer disco de Surfin Bichos, él me ha seguido y yo también lo seguí a él. Sabía que era la persona idónea para llevar a cabo algo tan ambicioso. Ser extremo y brillante a la vez.

Estas canciones surgen en una época convulsa en tu vida, coincidiendo con el inicio de una nueva relación sentimental y un cambio de domicilio. ¿Es tu disco más autobiográfico?

Yo creo que todo lo que he hecho y me atrevería a decir que todo lo que hace cualquiera, tiene un poso autobiográfico importante. Pero hay veces que utilizas para contar tu verdad en mayor grado la ficción, cosa que pasaba en mi disco anterior. Este son más relatos en primera persona, no quiere decir que sea todo hechos verídicos, pero si están más cercanos a lo que sería un relato autobiográfico.

¿Crees en el tópico romántico la vida intensa (a lo Byron o Shelley) como caldo de cultivo del arte?Dicho de otro modo, ¿hace falta haberle visto las orejas al lobo para escribir una canción como “Extintor de infiernos”?

No creo que haga falta, ha habido grandes escritores que sin tener una vida convulsa han sabido escribir de temas que sí lo eran. Lo que pasa que siempre ayuda, supongo (risas)

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En “la muerte tostada por el sol”, de tu disco anterior, sin embargo, parece que reprocharas al público cierto disfrute del dolor ajeno (“Ya sé lo que queréis, vivir el peligro en mi piel…. yo no me arranco las tripas/ rrancáoslas vosostros si es que tenéis”). ¿Existe un culto un poco morboso por la personalidad del autor?

Totalmente. Eso también los artistas, los músicos, tenemos cierta culpa. Uno mismo aunque sea inconscientemente, otros no tanto, generamos una personalidad sobre la que construyes un personaje y ese personaje puede jugarte malas pasadas. Es un juego un poco trampa porque somos nosotros mismos los que lo alimentamos, pero sí que es cierto que todos somos un poco morbosos, también me incluyo (risas).

Uno de los ejes temáticos de “la vida es extraña y rara” es el amor loco o ciego, como lo llamas en “Atropellados por el amor”. ¿Crees que en estos tiempos de “gente abollada” la locura y el amor son las dos únicas vías de redención”?

Yo casi lo llamaría una única vía porque también hay una especie de comparación recurrente en el disco entre la propia locura y el amor. Seguramente son las formas de redención más reales porque otras formas se escapan mucho más, como las drogas o la religión, sobre todo son muy traicioneras. El amor muchas veces es un fin en sí mismo, un fin en la propia vida.

Hablando de los tiempos que corren, en tu facebook, te hemos leído hablar de canciones con contenido político dentro del mundo indie, citando a artistas como Chain and the gang o Billy Brag. Aunque muchas de tus canciones podrían considerarse políticas por la visión crítica que proyectan sobre la sociedad, ¿planeas escribir alguna canción de contenido abiertamente político y apegado a la realidad que estamos viviendo a la manera de lo que han hecho Nacho Vegas, Roberto Herreros o Albert Plá para la fundación Robo?

Es algo que, como decías, he ido tocando pero de una forma muy interiorizada, en La Mente del Monstruo, Peras de Palestina…y muchas otras, ha habido una especie de tratamiento o inclusión de la realidad social o política a través de la vivencia que ha sido el hilo conductor de mi música. Cada vez más es más imposible sustraerse a la situación política y económica a la hora de escribir cualquier cosa. No es algo que tenga planeado conscientemente pero intuyo que no voy a poderme sustraer a ver todo lo que pasa a nuestro alrededor y que nos afecta personalmente y emocionalmente y que quede reflejado en una canción.

Al final de “El último Crooner Santo”, después de reflexionar sobre el papel del artista en la sociedad, el protagonista de la canción se sincera y confiesa la obsesión que la falta de dinero le provoca. Dado el estado actual de la industria discográfica, ¿puede uno dedicarse a la música de manera profesional sin tener que roer huesos o vivir del aire?

Pues lamentablemente está cada vez más difícil. Si antes, (digo un antes muy antiguo), se podría considerar una profesión en la que podías vivir desahogadamente, hoy en día es casi ser un iluso. Yo por ejemplo vivo solo de la música y tengo que hacer equilibrios de todo tipo y a veces vivir del aire como dices (risas).

En estas últimos años, no obstante, parece que tanto parte la prensa generalista como una porción más amplia del público se interesa por el indie. Así discos como los últimos de Nacho Vegas o Sr. Chinarro han ocupado puestos destacables en la lista de ventas, por no hablar de Manel que han llegado al número 1 cantando en catalán. ¿A qué crees que se debe este hecho? ¿Puede tener alguna relación con la crisis de la industria que apuntábamos antes?

Yo creo que es un proceso de normalización que ha sido lento y que finalmente pues termina dando frutos. Lo que no era normal es que dentro de lo que se entendía el espectro de la música independiente se estuvieran haciendo grandes obras y que estuvieran pasando desapercibidas para el público general. Eso no era normal. Lo normal es que ocurra esto, que ocurra lo de Manel, que ocurra lo de Nacho…es como que por su propio peso estos artistas en realidad son unos punteros. Ahora mismo hay una cantidad de grupos y de artistas grabando gracias a las facilidades que tenemos hoy día. Hay quien piensa que somos demasiados… no lo sé, no lo sé, creo que al final las cosas terminan cayendo por su peso. Falta un poco, voy a decir una pequeña barbaridad (risas), pero deberíamos hacer una reflexión en este país de si mirando a la historia no hemos dejado mucho que desear el pueblo español en relación a los artistas que hemos tenido. El pueblo y los gobernantes, por supuesto. No soy fatalista, creo que podemos cambiarlo.

¿Crees que podríamos haber tenido mejores artistas de los que hemos tenido?

Creo, y no me quiero incluir aquí (risas), que los artistas que ha dado este país han estado muy por encima de lo que ha sido su sociedad, lo siento, siento decir esto. Pero te repito que no es algo que tenga que ser irreversible y que siempre tenga que ser así. Pero creo que la sociedad ha avanzado mucho y puede que nos saquemos de encima ese retraso que hemos tenido respecto a otros países que llamamos “de nuestro entorno” (risas).

Finalmente, en cuanto a tu directo, a lo largo de estos meses te hemos visto rodar por salas y festivales cambiando de formato: banda completa, guitarra y piano, guitarra y batería… ¿Con qué formato te sientes más cómodo y cual nos encontraremos en tus próximos conciertos?

Yo diría que en cada formato noto ventajas y desventajas pero siendo sincero como más cómodo me siento es tocando con banda al completo. Es más cercano a lo que suena en el disco. Además son interpretaciones arriesgadas, interesantes (aunque está mal que lo diga) de las canciones. Por ejemplo cuando empecé a tocar en acústico tocando canciones del repertorio de chucho, de Surfin Bichos, me di cuenta que la voz, que los matices, se escuchaban mucho mejor, la gente me entendía mejor…claro pierdes otro tipo de cosas, como la contundencia…

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Pepe Calderón