A principios de 2011 Josele Santiago publicaba Lecciones de Vértigo, su cuarto disco en solitario desde que se disolvieran Los Enemigos. Por aquel entonces nada presagiaba una posible reunión de uno de los grupos de rock más importantes de nuestro país. Acabado el año nos encontramos por un lado la buenísima aceptación que ha tenido el trabajo “más completo que ha hecho hasta ahora”  el músico madrileño y por otro lado, con la sorpresa de una reunión de Los Enemigos en una gira que los llevará por todo el país. No hay material nuevo y descartan el volver a meterse en un estudio de grabación ya que, asegura Josele, “sería duro ponerse de acuerdo”, sin embargo será más que interesante acercarse a verlos en directo.

.-En tu último trabajo te has colgado la Gibson 355 como la Chuck Berry y le has dado caña al asunto. Ya había ganas ¿no?

Josele: También he usado mucho mi Fender Telecaster del 65. Pero vaya, tampoco es que haya sido un sacrificio usar como instrumento base la guitarra acústica todos estos años. Al contrario, lo disfruto mucho y, en realidad, nunca había dejado de hacerlo. Intento darle a cada canción el tratamiento más adecuado, y me pareció que a estas les hacía falta una buena dosis de electricidad. Y para qué voy a negarte que a mí también.

.- Es la primera vez que, en solitario, te metes en un estudio para grabar la voz separada de la guitarra. ¿por qué has optado por hacerlo así? Creo que es algo que se nota positivamente en el disco

Josele: Yo también lo creo. Me di cuenta de que desde “Las golondrinas etcétera”, grabar en riguroso directo se había convertido en una especie de dogma para mí. Lo mínimo que podía hacer era cuestionarlo. La cuestión era la frescura, y pude comprobar que tampoco perdíamos ninguna si dejábamos de ser tan estrictos y grabábamos las bases en directo para luego ir completando la cosa con calma. Así que lo hicimos.

A veces nos agarramos a un método de trabajo dando por hecho que es el mejor de los posibles. Y la piedra filosofal no existe, porque los elementos nunca son los mismos. Nuestra independencia depende de que seamos capaces de cuestionar la realidad. No siempre resulta fácil.

.- Has declarado en alguna entrevista que “una vez te enchufas ya no hay vuelta atrás” ¿significa esto que se acabó el  Josele Santiago acústico?

Josele: No, para nada. Disfruto mucho en formato acústico y para qué voy a renunciar a él. Además las canciones aguantan perfectamente en dúo e incluso en solitario. De hecho, llevo todo el otoño  y el invierno trabajando así.

.- No estamos ante un disco conceptual, creo, pero sí que el orden de las canciones juega un papel muy importante ¿me equivoco?

Siempre en cualquier disco es muy importante el orden de las canciones. Aunque ya casi nadie los escuche del tirón, es un toque final importante. Un buen disco debe estar bien compensado. Es algo así como una última mano de pintura.

.- En “Canción de Próstata” dejas claro el buen estado del órgano en sí, como si no pasasen los años por él. Sin embargo por Josele Santiago sí que pasan los años y supongo que en este tiempo has tenido que aprender algunas lecciones, unas de vértigo y otras no. ¿Cuáles fueron las que más te costó asimilar?

Aunque esté escrita en primera persona, se trata de una canción de personaje. Me meto en la piel de otro y tiro a ver qué pasa. Al final, si está bien perfilado, el personaje adquiere identidad propia y adquiere un lenguaje propio.

En este disco, “Fractales” o “Sin dolor” siguen este mismo patrón. Suelo meter unas cuantas de estas por disco, es un subgénero que me encanta. Ray Davies o Randy Newman son dos de mis escritores de canciones preferidos y supongo que se nota en estas cosas.

Las lecciones más difíciles de asimilar para cualquiera siempre tienen que ver con la aceptación del dolor, el sufrimiento y la muerte.

.- Estamos en unos días dónde nos acechan  las listas de propósitos para el nuevo año. Dejar de fumar, ir al gimnasio, comer más sano… teniendo en cuenta este panorama, me hace mucha gracia escuchar canciones como “Sin dolor”

Le tengo mucho cariño a esta canción porque no fue fácil escribirla, pero acabó siendo una de las más agradecidas. Se trata de una  parodia del culto al cuerpo: La cirugía estética, los rayos uva y ese “estar estupendo” que a la que te descuidas te venden como punto álgido de tus perspectivas como ser humano.

.- ¿Qué importancia le das a la imagen en la música? Hay grupos que se escandalizan porque una banda de rock salga al escenario con vaqueros y camiseta…

Yo creo que es sano que haya de todo y, bueno, con el tiempo te acostumbras a que cada cual defienda la suya como la única opción válida. Personalmente opino que cada uno es muy dueño de salir al escenario vestido como mejor le parezca. No me escandalizo tan fácilmente.

.- ¿Qué propósitos tienes para 2012?

La reunión de Los Enemigos va a tenerme bastante ocupado, pero no voy a dejar de hacer bolos con mi banda o en formato acústico.  Terminar de escribir unas cuantas  canciones que tengo por ahí. Seguir con la antena puesta para ir escribiendo nuevas. Seguir cuidándome…  Atender más a mi familia y amigos, que me estoy volviendo un poco huraño…

Por otro lado estoy empezando a interesarme por las culturas orientales y quiero profundizar un poco en su literatura y su manera de entender el mundo, que me resulta muy atractivo. Con eso, unas prácticas que tengo pendientes en la clínica veterinaria y el montón de libros que tengo en lista de espera (encabezada por “Crónicas del año de la peste”, de Daniel Defoe) no creo que tenga tiempo para aburrirme.

.- Hace ya algún tiempo  que publicabas “Lecciones de Vértigo”,  con la perspectiva de los meses como ves este disco y cómo te planteas un quinto trabajo en solitario ¿se verá influido por la reciente reunión de Los Enemigos?

Ahora han salido las listas de lo mejor del año y he podido comprobar con ilusión que, a pesar de la mala gestión y distribución que parece perseguirme durante toda mi carrera, está en casi todas. Y sigue generando algo de trabajo, que, tal y como está el patio, no es moco de pavo.

Personalmente me sigue pareciendo el más completo de los cuatro que tengo grabados en solitario hasta la fecha.

En cuanto al 5º disco, como te comentaba ya estoy en ello y supongo que sí, que en algo tendrá que notarse. Uno siempre aprende algo de los músicos con los que trabaja, por muy bien que crea conocerlos.

.- Puede parecer paradójico pero en mi caso, conocí a Los Enemigos gracias a Josele Santiago y no al contrario. Supongo que no es algo muy usual. ¿Tienes nuevo público que le pasa lo que a mi?.

Coño, no sabes que alegría me das. No hace ni un mes estuve tocando con Pablo Novoa en un colegio mayor de Madrid y me entraron unos chavales de tu edad a para que les firmara unos discos. A mí no se me ocurre qué más  puede pedir un artista, aparte de trabajo…

.- Hace algunos meses Los Enemigos os reuníais para celebrar el aniversario de Agapo. ¿En ese momento ya sabíais que ibais a hacer esta gira, o todo surgió a raíz de ahí precisamente?

Bueno, para aquella ocasión nos habíamos reunido  Los Enemigos primigenios, por así decirlo, que éramos Fino, Artemio y yo. Estuvimos tres o cuatro años haciendo el ganso por ahí y luego Artemio dejó la banda y nosotros nos profesionalizamos  junto a Chema. Más tarde se nos unió Manolo. Todo esto suele crear bastante confusión, pero es lo que hay.

Creo que Fino habló con alguien en aquella fiesta y allí empezó a gestarse la cosa.

.- Habéis dicho abiertamente que volvéis básicamente por dinero, aunque os apetece mucho.  ¿por qué hay ciertos sectores de fans que se sienten atacados cuando se habla de dinero en la música? Tendemos a olvidar que el músico es dueño de su obra ¿no?

Totalmente de acuerdo. Somos músicos, es nuestra profesión. No creo que haya que explicarle a nadie en qué consiste  tener una profesión a estas alturas ¿no te parece?

.- ¿Cómo compaginarás ahora tu carrera en solitario con lo que estás haciendo con Los Enemigos?

No va a ser muy complicado, te lo aseguro.

.- ¿Volverán Los Enemigos a meterse en un estudio de grabación?

Pues sinceramente, no lo creo. Y si llegamos a hacerlo algún día, será duro ponernos de acuerdo. Hemos evolucionado de maneras muy divergentes, cuando no diametralmente opuestas. Creo que cuando nos disolvimos  lo hicimos en el momento exacto en el que nuestra manera de entender la música dejó de ser compatible.

Esto fue motivo suficiente para nosotros, quizá por eso nos resulte natural tocar juntos después de tanto tiempo.

MMC