Tras la tragedia acaecida en territorio Canadiense y su primera cita ibérica en bbk Bilbao, 55.000 personas asistieron a la fecha lusa del quinteto de Oxford, enmarcada en la programación del Optimus 2012. Existía el temor a una posible actuación circunstancial o poco densa, cosa que lejos de confirmarse, ratificó en dos horas y cuarto. Porque Radiohead son lo que quieren ser, poseyendo por ello un catálogo por el que suspiran y han suspirado propios y extraños en sus ya más de dos décadas en activo.
Un comienzo marcado por media docena de sus temas mas sintéticos como “Bloom” o “The gloaming”, nos hizo suponer que el set iba a transcurrir entre coordenadas no aptas para nostálgicos, hasta que apareció una tremenda “Pyramid Song”, con Johnnie Greenwood al arco, la energética “I might be wrong”, o un delicioso paso mas atrás en el tiempo como fue “Climbing up the walls”. Todo ello concluyó en el climax que supusieron los primeros acordes de “Exit music (for a film)” ante la cual permanecimos atónitos ante el increíble, absoluto y estremecedor silencio que provocó más de una (confieso), caída de moco.
Sin tiempo para la nostalgia, volvieron a atacar entre otras una formidable “There, there” o “Bodysnatchers” con la que el grupo abandonó el escenario por primera vez sin que ninguno de los allí presentes presagiáramos lo que aún nos esperaba.
Un bis compuesto por la preciosa “Reckoner”, “Lucky” o “Paranoid Android”, acabó por hacer volar la sesera al perplejo personal que después de dos horas de show se daba por saciado. Un “Obrigado” y algún comentario a cerca de que hacía tiempo que no tocaban tanto, hacía suponer que guardaríamos un bonito y difícilmente repetible recuerdo.
Pero era su/nuestra noche y se les denotaba esa felicidad que solo proporciona superar adversidades , especialmente por parte de Ed y Thom , los cuales comenzaron un juego en el que parecían retarse a tocar más y más ante la mirada atónita de Johnnie. Éste se veía arrastrado al escenario una y otra vez tanto por el uno como por el otro, regalándonos un precioso medley compuesto por “The one I love” de Rem como intro a “Everything in it´s right place” o “Idioteque” en la que el Sr. Yorke siguió haciendo bailar su coleta, nuevo look al cual no estábamos acostumbrados.
Otro round trip al camerino y sorpresa final con una emotiva “Street Spirit (fade out)”, dejando solamente sin revisar un Pablo Honey que a esas alturas nadie echó de menos.
Noche mágica desde el primer minuto a pesar del tremendo esfuerzo por aguantar la espera, y el tipo, ante una avalancha de público, hambriento de sentir de cerca a una de las formaciones más rompedoras e icónicas de los últimos tiempos, que nos brindó una lección de cómo seguir entregados a la apertura de nuevas vías sin perder un ápice de honestidad.
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Texto: Miguel Ángel Ortiz
Foto: EFE