Llegábamos a El Tren a sabiendas de las reticencias que suponen las reuniones de esta índole y sin que esto empañara en parte el espectáculo de ver a unas leyendas como The Sonics. El poder disfrutar en directo de trallazos como “Strychnine”, “He´s Waiting” o “The Witch”, por la banda que más ha contribuido a esto del garage-punk, es una bendición y pese a que este tipo de géneros necesitan del aporte energético de la puesta en escena y es algo que no podemos exigirles a unos sexagenarios, no dejamos de alzar los puños y bailar al ritmo de dichos himnos.

Mucho les debe la escena a los de Tacoma, que reinventaron allá por los sesenta, el concepto de visceralidad dentro del rock´n´roll, y el sólo hecho de poder contar a los nietos que cuatro décadas después pudimos disfrutarlos en directo, no es moco de pavo. Cierto es que esta reunión pudo haberse producido unos años antes, preferentemente durante el revival garagero de los ochenta, ya que el nuevo disco que preparan y, que semi-presentaron en el concierto, suena bastante alejado del sonido que los convirtió en lo que son y se acerca más a un hard-rock algo descontextualizado que a un sixties hit.

Además de los temas antes referidos y de las del nuevo álbum, no dejaron de sonar las esperadas “Psycho”, “Boss Hoss”, “Have Love Will Travel” o el inmortal “Roll Over Beethoven” que hicieron las delicias del personal y colmaron mis expectativas personales de no dejarse fuera ninguno de sus esperados clásicos.

Cualquier queja o alusión negativa sobre esta reunión queda relegada a lo anecdótico en pos de la diversión. Baby, you´re driving me crazy!!!

Guille Fernández