Imagen: Cadena Ser

Dulce, cálida, cariñosa. Más que como una madre, como una niña. Quizás como aquella chica de la que habla en ‘This is the girl’, la canción que comenzó a escribir en los camerinos del Teatro Español, justo la tarde que murió Amy Winehouse, y que está incluida en su último disco, Banga. Así se presentó Patti Smith ante una Riviera que acogía una velada más de la XXIX edición del Festival de Jazz de Madrid. A sus 66 años, Patti, que repasó gran parte de las canciones de su última entrega discográfica, sigue manteniendo la energía y la magia que derrochaba  en los 70, cuando popularizaba ese ‘Because the night’, que no faltó en el set list de la Riviera.

No es una virtuosa de la guitarra, a la que recurrió en contadas ocasiones de la noche  (nunca la eléctrica, siempre acústica), pero da igual, Patti se mueve por el escenario, recita, susurra, hasta escupe, sin que nadie pueda dejar de clavar los ojos en ella. Destacaron momentos como los aullidos (literalmente) de la banda en ‘Banga’, también la versión de ‘It’s a dream’, de Neil Young y los guiños reivindicativos de la noche. Luchadora, combativa y defensora de la naturaleza Patti declamaba algo así como “Si seguimos maltratando el planeta éste se volverá contra nosotros”, para presentar la primitiva y casi tribal ‘Fuji-San’. El día anterior, la de Nueva York se había manifestado como una más en las movilizaciones del 14N en Madrid, por eso, el final del concierto, con una rabiosa ‘People have the power’,  estuvo más que justificado.

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MMC