Un café la Palma rebosante acogió de nuevo a Miguel Ángel Hernando, el Lichis de toda la vida y alma mater de la ya extinta Cabra Mecánica. Miguel Ángel sigue recorriendo el circuito de pequeños clubes madrileños moviendo su nueva aventura “Miguelito”, con la cual tres años después continúa batallando contra viento y marea. Todo un genuino creador de canciones que lejos de ser complaciente con su pasado rompe antiguos prejuícios a base de oficio. Algo que a este tipo le sobra.
La siempre pícara rumorología rockera imperante en esta clase de eventos dejaba claro el carácter díscolo del amigo Lichis.
– ¡Joder, creo que va pedo!- Comentaba un chaval –
– Seguro, seguro, tío. Se le nota mazo.. – afirmaba sin titubeos otro –
Vale que el Sr. Hernando no es conocido precisamente por su faceta ONG pero lo que en realidad ocurría es que el pobre salió al escenario con 39º de fiebre y, efectivamente, no era algo que pudiera disimular en exceso. A parte de esta no poco importante anécdota que recordaba los heroicos comienzos febriles de Alejandro Cerro, Lichis comenzó con determinación acompañado de su fiel paladín Julián Kanevsky.
Un arranque repleto de covers clásicas en las que Hank Williams, Leonard Cohen (“So long Marianne”) o Antonio Vega (“Lo mejor de nuestra vida”) fueron protagonistas, a parte de por supuesto las nuevas composiciones de Miguel Ángel como “Valientes” o “Televisión de madrugada” estilísticamente cercanas al territorio que pueden manejar entre otros Quique González. Estas le dieron a Lichis muchos puntos a favor para la mayoría de los asistentes en contraposición a los que demandaban con cara de haba temas de la cabra. En fin, en estos casos la indulgencia no es una opción. Un tío con cojones, y mucho gusto.
El concierto prosiguió entremezclándose clásicos de JJ Cale o Willie Dixon con mas temas de su nueva cosecha como “Horas de vuelo”,”Salir a asustar” o “Casi Rock n roll” dando, por supuesto, tregua al agobiado fan con algunos números de LCM. “Carne de canción” o “Antihéroe” sonaron bajo un nuevo enfoque que a él y a ellas les sienta pero que muy bien.
Dando a conocer en primicia un llamativo nuevo proyecto que tiene entre manos: ¿”La pandilla voladora”? junto a Albert Pla o Jairo Zabala (Depedro) dio por cerrado el set principal con “Felicidad”. Despidiéndose minutos después con el nostálgico tándem “Gracias por nada”/”Pinocho” con el cual l@s chic@s de Lavapiés gozaron de lo lindo. Miguelito se despidió dejando un sabor de boca cálido y añejo pero novedoso pese a las concesiones, demostrando que cada vez se va alejando mas del babilón madrileño y adentrándose en su propio universo. Supongo que después, vasito de leche con miel y a la cama. Que hay que cuidarse Lichis.
Miguel Ángel Ortíz