Mikal Cronin – “MCII”

Desde que las nuevas tecnologías aparecieron en nuestras hastiadas vidas, el procedimiento más común a la hora de descubrir discos o artistas nuevos suele ser algo parecido a lo siguiente:

1.- Saco una lista con un montón de artistas sobre los que he leído en algún medio de los muchos que nos ofrece el siglo XXI.

2.- Tecleo en mi computadora los nombres de los mismo, en busca de ¿por qué no?, El Dorado que llevo buscando las últimas semanas.

3.- Escucho apenas 30 segundos del 90% de ellos, desechando enseguida aquellos que no consiguen levantar mi lívido musical en ese pequeño intervalo temporal.

Así es, nos guste o no, el consumo musical de usar y tirar nos invade. De esta manera que os acabo de contar llegué hasta el disco que nos ocupa.

Digamos antes de seguir, que soy bastante enamoradizo en lo que a música se refiere. La verdad es que ver unas piernas bonitas y tener una erección es todo uno (entiéndase el símil desde el punto de vista musical). Si además de unas piernas bonitas, el ejemplar va acompañado de unas curvas de infarto, una melena de esas a la que el viento no agita si ella no le da permiso y un rostro que ya quisieran para sí esos angelitos cursis de culo sonrosado, imaginaros como este individuo necesitado de cariño agarra a la chica en cuestión por la cintura mientras intenta deslizar sus dedos a zonas menos inocentes intentado tener sexo no imaginario con ella.

Empecemos por las piernas. “Weight” es una de los mejores melodías compuestas en lo que va de año, brillante. “Shout it out” camina por los mismos derroteros, toques powerpoperos que demuestran la facilidad para la melodía del californiano. No aparta del repertorio los toques garage con arreglos impecablemente sucios en temas como “Am I Wrong” o “See it my Way”. Subo el volumen y aplaudo “Change”, canción del verano. No desecha los arreglos de cuerdas o pianos ni los arranques noise dotando al disco de una variedad tremenda de capas y texturas.

Asi llega el final del disco en el que me desabrocho el cinturón y los pantalones se deslizan hasta los tobillos. No suelo usar ropa interior, asi que solo me queda acariciarme los muslos delante del reproductor mientras las notas de “MCII” me calientan y empiezo a sudar lujuria.

Mikal Cronin comparte escena con Ty Segall, con el que ha compartido grabaciones, y con The Oh Sees en lo que es algo asi como el nuevo garage-rock, aunque este camine más hacia la melodía power-pop. Sin duda la sana competición entre estos artistas está dando lugar a algunos de los momentos más brillantes de la escena musical actual.

Kike Paz

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