Eléctrica noche la que presenciamos los asistentes al bolo de El Mirador, el sábado pasado. Los que habían probado el veneno de Hermana Morfina ya sabían lo que les esperaba y los que no, no pudieron resistirse a los encantos de éstos animales del rock and roll.
Los encargados de calentar motores esta vez fueron Snake Sister, los hijos bastardos de los Misfits de farra con las Runaways. No tardaron en hacerse con el sector más punk-rock del garito que se agitaba entre las primeras filas y tarareaban-berreaban temas como Riot Grrrls, Las Chicas Sucias o The Action Is Yours. Alicia, la cantante y hermana pequeña de Chungo y Richo (Hermana Morfina) demostró una vez más que esto no es sólo cosa de hombres y se dejó la piel en ello.
El concierto se hizo cortísimo y entre coloquios, y el ir y venir a repostar cerveza, nos dió la medianoche. Era la hora. La Hermana Morfina llegó puntual a la cita con su parroquia. Así fue como sonaron los primeros acordes de La Noche De Los Mastines, el temazo que abandera su último trabajo de estudio que muy pronto verá la luz. “Eh tú, ven al club, de los que siempre van huyendo de la luz” implora el estribillo de la misma.
Chungo es un frontman impredecible. Un impresentable. De los que nos gustan y mucho a los rockeros de la vieja escuela. Las letras de las canciones son acertadísimas y con un tipo como él sobre el escenario es imposible no acabar contagiado, ¡pero ojo! el carisma del cantante no resta mérito al resto de la banda, si no que lo multiplica por mil, ya que estar a la altura de esa bestia parda que es Chungo no está al alcance de cualquiera y la banda destila clase por todos sus poros.
Después de una primera parte en la que repasaron sus nuevos temas, reservaron para la segunda parte del bolo los temas de su primer disco, así sonaron himnos como Coche Policía, Ven Conmigo, Esperando La Sal.. y también canciones que han acompañado a la banda desde sus comienzos, inéditas hasta el momento, como Mi Barrio y La Vecina. Al final, la fiesta se embruteció y no de cualquier modo, sino con los acordes de Ya no hay tiempo, una descarnada declaración de principios en la que se opta por mandar a la mierda a todo el mundo. Una gran fiesta que nos dejo a todos satisfechos a base de muy buen hacer y un sinfín de recursos y dejes iconoclastas, propios de los que han mamado desde pequeñito la cultura del rock and roll y viven para contarlo.
En Tomelloso les quieren. Eso quedó claro el Sábado. Como en todos sitios por donde han pasado. Y es que, ¿Quién puede resistirse a una buena dosis de morfina en forma de guitarrazos y diversión?
Guille Fdez. (Aullidos)