LUCINDA WILLIAMS – “BLESSED”

Imagino a Lucinda Williams rasgueando la Gibson acústica en la cocina mientras prepara café. De vez en cuando apoya la guitarra en la mesa y anota sobre el papel alguna frase perdida que cruza de pronto por su imaginación. Sus temas han sido siempre las relaciones rotas y los corazones destrozados, explorando también los viejos temas del amor y la muerte.

Sin embargo, mira por la ventana unos instantes y vuelve a coger la guitarra. Canta murmurando las canciones de lo que será su próximo trabajo “Blessed”. Las va hilvanando lentamente, sentada sobre un taburete de madera, sorbiendo café espresso de una minúscula taza. Por la ventana entra un sol brillante y todo parece encajar esta vez. La gran dama del rock americano vive alejada de los focos comerciales, como siempre, pero por vez primera se ha puesto en la piel de otras personas para relatar los textos del nuevo disco fuera de sus vivencias personales y como ella misma apunta, también por primera vez se ha atrevido a escribir sobre algo que no sean sus propios sentimientos.

Este álbum de estudio hace el número ocho en su carrera discográfica con el sello Lost Highway y nos ofrece un repertorio de doce cortes de country rock que muestran en las letras un entorno más calmado emocionalmente y en el que, parece ser, la cantautora rockera rompe con sus habituales demonios internos y externos  para concluir finalmente con la idea de que esta vida es frágil, pero hermosa al fin.

Lucinda Williams nació en Luisiana hace 58 años y lleva más de la mitad de su vida escribiendo buenas canciones. Nos lo ha vuelto a demostrar otra vez. Cuando lo escuchas tienes la sensación de encontrarte ante una gran obra del country alternativo. Desde el principio con “Buttercup”, un sonido de rock clásico, pasando por “Seeing black” en la que asoma la guitarra de Elvis Costello, con la hermosísima “Soldier´s song”, “Copenhagen” o con la romántica “Kiss like you kiss”, descubrimos un compendio de rock and roll profundo y amargo, en el que destacan los medios tiempos en el ritmo y en el que mantiene también los cánones típicos del género, esto es, las carreteras secundarias, el alcohol y los amores imposibles…

Como dato curioso hemos de resaltar que hay disponibles ocho portadas distintas distribuidas al azar en el proceso de fabricación.

Pero cierro los ojos nuevamente y la veo guardando la funda de su guitarra y arrancando el coche cuando ya quedan pocas horas para que amanezca. El local está a las afueras. Es un antro pequeño, pero confortable de los que cuesta creer que todavía sobrevivan en los rincones de las grandes ciudades americanas. El público ha respondido y ella muestra cansancio. Todo ha salido bien, le dice el encargado mientras le hace entrega de algo que podría ser un cheque. El motor cruje en el silencio de una avenida que tiene las farolas estropeadas. El coche desaparece en el último cruce en una dirección desconocida mientras se oye el ladrido de unos perros que se pierde en lontananza.

Julio Demonio

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