No hace mucho decía con acierto en una entrevista Enrique Villarreal, el Drogas, que las bandas de rocanrol tienen que aprender a vivir en el underground. Él sigue apostando por ese rock que tiene que buscarse la vida día tras día, lo que te acaba dando un bagaje muy interesante, seguía diciendo, sobre todo porque te hace crecer como persona, el poner ideas en común, ese espíritu cooperativista en esto que llamamos canciones. Y así es.
Dados los tiempos que corren quizás ahora más que nunca es necesario un rock que sea combativo, que sepa poner el dedo en la llaga y para eso hace falta trabajar mucho y sudar la gota gorda, al margen, si es posible, de actitudes arrogantes que utilicen la música sólo con el fin de alcanzar la fama. Uno se imagina a cinco tipos ensayando en una cochera todos los días de diez a doce de la noche en el extrarradio de la gran ciudad y tratando de pulir, de limar, poco a poco, un proyecto en común por el que están dispuestos a dejarse la piel y es entonces cuando recupera la ilusión por esta música que ha sido decisiva en el devenir de la últimas generaciones que han mostrado cierta inquietud en una sociedad anclada en sus planteamientos del pasado.
Y a colación de esto os quiero hablar del disco que estos días ha caído en mis manos de un grupo madrileño que se llama Moskeo y cuyo título es “No soy tu perro” (Autoeditado, 2011). Una banda que podría muy bien cumplir con el perfil que hemos señalado. Desde San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, este quinteto formado por Alberto (voz), Dani (bajo), Raúl e Isaac (guitarras) y Adrián (baterista) defiende sin aprietos un repertorio que está fuera de toda duda. Ellos mismos señalan que su estilo es el rock con toques de distintas vertientes, desde el punk rock al heavy metal clásico, finalmente desembocando en un estilo similar al rock estatal, pero con partes melódicas, puro estilo moskeo cien por cien. Y así lo demuestran en su debut con unos textos combativos como es el caso de “No soy tu perro” del que han editado un vídeo o con unos riffs de guitarra eléctrica que entran bastante bien como es el caso de “Salvado por el rock and roll”. Citar también “Sobre la arena” o “Senderos” que resultan potentes y próximas al mismo tiempo. Aún tienen un camino certero que recorrer, pero han sembrado ya con este primer disco un estela de autenticidad que les ampara para convertirse en una gran banda si el trabajo constante y el destino así lo determinan.