LOUISIANA, CANCIONES VESTIDAS DE OTRA MANERA

No hablan de su vida privada entre ellos, no son amigos en facebook y adivinan las cosas que les ocurren a través de canciones: “Nos queremos mucho, nos cuidamos mucho, hay mucho feeling musical, hay orgasmos incluso musicales pero no somos amigos de facebook…” Esto, que puede parecer normal, o medio normal, entre dos personas que más o menos se conocen, roza los límites de la verosimilitud si hablamos de dos personas que pertenecen al mismo proyecto musical, que trabajan codo con codo para poder crear canciones.

Aparentemente son muy distintos, él, extrovertido, gamberro, sin pelos en la lengua, ella algo más tímida, recatada. Aunque no se sabe muy bien la cantidad que uno aporta al otro, en el fondo son iguales. Admiten que el grupo no tiene apenas influencias de la tradición musical del lugar que toman el nombre: Louisiana.

¿Algo de folk, no? Apunto yo. Empezamos a hablar de música intentando llegar al mismo puerto, pero es complicado ponerse de acuerdo.

.- “A ver, es que depende– añade Luis- Porque está el folk, country tostón y luego está otro tipo de folk”.

.- “Para mi Fleet Foxes son folk americano” –apunta Ana-

.- “Fleet Foxes son folk universal , folk escandinavo” le contesta Luis.

.- “ ¿Universal? Pero si son de Sony ” dice Ana entre risas.

Después del intercambio de impresiones Luis intenta zanjar el tema con términos muy de andar por casa: “Para que nos entendamos, Wilco tiene un sonido americano pero Wilco es europeo también…Ryan Adams, por ejemplo, me gusta más la parte de pop melódico que de folk americano”.

Luis Cebrián y Ana Muñoz, que durante algún tiempo se hicieron llamar Newton, son Louisana. Por razones obvias estos maños (ella conquense de nacimiento) un buen día decidieron unir sus nombres y sus ideas y crear este proyecto musical que esta semana los trae hasta Madrid, el jueves estarán tocando en Costello. Siempre están debatiendo, quizás de esos tira y afloja sea de dónde nazcan canciones preciosistas, delicadas que no son más de lo mismo. Hay que verlos en directo. No es que lo grabado esté mal, ni mucho menos,  pero es correcto, sin más. En directo transmiten la magia y la ilusión que derrochan cuando se habla con ellos.

El sonido de Louisiana no se ciñe estrictamente  al sonido pop-rock al que estamos acostumbrados: “Yo creo que las canciones son las que son , pero las puedes vestir de muchas formas” explica Luis. Y eso hacen. Ana estudió desde pequeña clarinete, es por eso que el viento está muy presente en algunos de sus temas: “Me seduce la idea de incorporar cualquier sonido que nos sirva para diferenciarnos del sonido estrictamente de batería, guitarras y voz. Me parece muy interesante y que aporta mucho el clarinete, las melódicas, el xilófono… Otra cosa es que yo hubiera tocado la gaita de boto o el oboe, como toca mi hermana…y que está en casa muerto de asco porque es un horror de instrumento” (risas).

Ana, con una gran trayectoria como poeta dentro pero también fuera de Aragón, usa sus canciones como placebo contra el desamor.  Una medicina que le ayuda a ella pero – no sé si será consciente- también a la gente que escucha sus canciones: “Yo sufro por amor lo que no está escrito. Soy una agonías” bromea Ana. Lo dice con ironía, pero se deduce que es cierto por  lo que viene después : “Sufres porque quieres. Uno quiere sufrir por amor. Sufres una vez, la primera, luego ya tienes pequeños golpes”, apunta Luis. Volvemos a estar en desacuerdo. Somos dos contra uno: “¿no estás de acuerdo tú tampoco?” Me dice Luis y luego explica: “¡Hay que reinventarse! Porque la vida es maravillosa  y vale de tristezas…para componer, guay, pero luego, no. A ver, que yo me pongo Radiohead cuando estoy triste, pero ya está”. (risas)

Ana justifica así sus canciones: “Tu puedes pasar un momento de dolor por el desamor pero luego el luto desaparece y  tienes que tocar esa canción. No te apetece, no quieres involucrarte en el tema y volver a vivir una historia que ya está olvidada, porque a esa persona ya le has perdonado todo.Y de repente vuelves a sufrir otra vez por amor y te ves tocando esa canción pero ahora te viene a la mente la persona por la que estás sufriendo ahora y no la persona que originó esa canción” Eso ayuda, asegura Ana, a recuperar canciones antiguas que hacía tiempo que no tocaban.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=3DGThCCO_CQ&feature=related[/youtube]

Después de esto, la conversaión desemboca en un interesante debate sobre lo que es o no es amor, el dolor que va o no va ligado a este sentimiento y la manera que tiene de manifestarse en las canciones de Lousiana. Ana admite que hay ocasiones en las que este tópico sirve de “recipiente” en el que verter otros temas, sin embargo, añade resignada: “la mayoría de las veces hablo de amor y desamor de verdad” (risas).

Louisiana bebe de muchos estilos musicales y Luis lo explica de la siguiente forma: “Suele sonar pedante, de hecho cuando lo leo en una entrevista de otro digo: ‘Ah! Que cretino’ (risas)…pero es cierto, bebemos de todo. Yo el otro día estaba trabajando en mi ordenador y por ejemplo empecé escuchando a Beethoven y acabé con StandStill…”. Entre esas influencias está, sobre todo para Luis, Nirvana: “Yo viví la muerte de Kourt Cobain, soy un  poquito mayor que Ana”.Unos diez años”, apunta Ana entre risas. “¡No digas eso!, que yo soy muy coqueto” bromea Luis. El caso es que aunque tampoco tienen mucho del sonido de Nirvana, sí que hay alguna guitarra nirvanera en el disco y además una versión que suele acompañarles en sus directos. Si lo quieres comprobar de primera mano, no te los pierdas este jueves en Costello!

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=0nd7zp-Xfk0[/youtube]

MMC

 

 

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