Foto: Fabián

Aprovechando que Fabián acaba de anunciar que estará en Búho Real (Madrid) el próximo 27 de septiembre, nos gustaría rescatar la última entrada que el músico ha escrito en su página web. Se llama “Pequeño manifiesto por una moral libre”. En ella, la puedes leer a continuación, dedica la canción ‘Triunfadores’ (inspirada en sus propios padres) a todos aquellos ” que lo están  pasando mal por culpa de un señor que se sienta en la junta directiva de algún banco, en un escaño en el congreso, o en un sillón de La Moncloa”. Bravo, Fabián.

Fabián: Pequeño manifiesto por la obediencia moral

“Sé que este es un lugar en el que sólo se debería hablar de música, y que, probablemente, el que se deja caer por aquí lo hace con el ánimo de escuchar alguna de mis canciones, o para saber si voy a tocar dentro de poco cerca de su ciudad, o porque ha puesto Lara Fabian en Google y le ha salido mi página.

En cualquier caso, aclaro que hoy el motivo del post es bien diferente, y lo que me lleva a escribir estas palabras, que intentaré que sean breves y ligeras en la forma, es la más absoluta indignación, vergüenza y asco ante todo lo que está ocurriendo en nuestro país, en nuestro continente.
Desde esta humilde tribuna, quiero dejar bien clara una cosa bastante sencilla: Me siento robado, maltratado y olvidado, no sólo por un gobierno mentiroso e incapaz, sino por un sistema social y económico que ha borrado cualquier rastro de valor ético (si es que algún día lo tuvo) de su frágil memoria de pez.

A todos esos peleles, tecnócratas, banqueros, señores de la guerra y del petróleo, del ladrillo y de la especulación humana, os llamo malnacidos y ladrones, y os deseo que un buen día, brote dentro de todos vosotros esa semilla de moral, ética y honestidad que os habéis empeñado en pisotear, y que os deis cuenta de lo miserables que habéis sido durante toda vuestra vida.

Por mi parte y hablando de ética, creo que ese es el camino que hay que seguir: No hablo de desobediencia civil, sino de obediencia moral. Eso es lo único que importa.

Y por último, os confieso que hoy más que nunca me siento orgulloso de haber escrito esta canción, que hace ya mucho tiempo dediqué a mis padres, y que hoy dedico a toda la gente que lo está pasando mal por culpa de un señor que se sienta en la junta directiva de algún banco, en un escaño en el congreso, o en un sillón de La Moncloa”.

 

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MMC