JINETES EN LA TORMENTA – DIEGO A. MANRIQUE

Difícil reseñar a un histórico del periodismo musical para alguien que solo juega a realizar lo segundo y ni por fundación aspirar a lo primero. Jinetes en la Tormenta (Espasa, 2013) no solo recopila una barbaridad de anécdotas vividas por Diego A. Manrique durante su dilatada carrera sino que ofrece al lector cantidad de información que consigue no aburrir al ya acartonado y fascinado melómano por las diez mil mismas historias de siempre (entre los cuales me encuentro) ni sumir a los que someramente se adentraron o empiezan a enamorarse del sinfín de escritos relacionados con la música popular en cantidades ingentes de datos, fechas y demás trivialidades.

En sus páginas puede disfrutarse de un compendio hábilmente estructurado en seis bloques. Encontrándonos de Etta James a Manu Chao, de Nacho Mastretta a David Bowie o de Cachao a Nick Lowe,  pudiéndonos relamer con reseñas y entrevistas por doquier para medios culturales, periódicos o dominicales, pero sazonados por multitud de, como no, interesantes y en muchas ocasiones sarcásticas reflexiones que solo pueden salir de una aguda pluma como la del señor Manrique.

Algo que añade interés al volumen es la cantidad de out-takes (si es que en literatura puede emplearse el término) con las que te hace pasar un mas que buen rato. Una de las mas sonadas: Lou Reed acariciando la rodilla de nuestro Diego con chiribitas en los ojos mientras que charlaba con él en Barcelona, la cual fue omitida en la correspondiente crónica. Sin desperdicio.

Jake Riviera, manager del anteriormente referido Nick Lowe solía metaforizar con su protegido sobre el limitado éxito de su propuesta. –Nick, tú música es como un Aston Martín, no apto para todos pero un reconocido producto de calidad que hace felices a los pocos que pueden conducirlo-. Lo otro son utilitarios.

Variante del clásico “No está echa la miel para el paladar del borrico” que ayuda a dictar veredicto sobre este nuevo y riguroso manuscrito, que consigue en al menos tres de sus cuartas partes mantener el difícil equilibrio entre deleitar tanto a inexpertos como a enciclopédicos, tanto a viejos lobos como a los nuevos cachorros del rock. Difícil tarea pero superada con nota.

Miguel Ángel Ortiz

 

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