RINCONES SUCIOS: NICOLA TESLA

El hombre que nos dio la luz y no la patentó

En la quinta entrega de Rincones sucios comenzamos hablando de lo que ocurre en las recepciones de los hoteles para seguir con Nicola Tesla, aunque no lo sepamos le debemos la radio y en gran parte la electricidad. Ana Sepúlveda y Jorge Ortega nos hablan de la moda en tiempos de crisis y Adrián Piñel nos explicará algunas cosas sobre la fisionomía de determinados deportistas que no suelen triunfar en natación. Para escucharlo y/o descargarlo pincha aquí.

Apología de la luz

Cae un rayo y se va la luz. En el mejor de los casos tarda poco en volver, pero también puede que no vuelva. Tenemos varías opciones. Encontrar la linterna (seamos realistas, nadie tiene linterna en su casa) o recordar aquellas velas que un día aparecieron en un cajón de un mueble.

Agarras el móvil para iluminarte, pero si le queda poca batería ya vas aplicándole un plan de ajuste porque si no a ver como lo cargas, esto ya supone un aliciente a la ansiedad, porque tampoco tienes Internet y no sabes como te vas a comunicar. Vas tentando, encuentras el mueble y las velas. Para no complicar la historia supongamos que eres fumador y que llevas un mechero encima, así que sin problemas, enciendes la vela, te las apañas para colocarla en un platito y que no te caiga la cera encima y te dispones a ver la televisión. Pero no, porque no hay televisión, craso error, así que piensas en algo que hacer sin luz, algo que se pudiera hacer en una época en la que no hubiera electricidad. Leer. Claro. Pero la luz de la vela es demasiado trémula y leve como para que las letras no bailen y se difuminen. Si eres de los que tiene radio a pilas te la enciendes, pero seguro que esas pilas están gastadas, porque hace mil años que no enciendes tan rústico aparato,  así que te ves obligado a quitarle las pilas al mando de la televisión. Dejar a la televisión sin mando te da dolor de corazón, pero bueno, tampoco el plasma es ahora otra cosa más que un simple objeto decorativo.

Si tienes suerte redescubrirás la radio con el día que la luz se vaya, pero puede que tampoco tengas en casa, nadie tiene, así que lo más probable es que acabes metiéndote en la cama y acostándote unas cuantas horas antes. La luz volverá y cuando lo haga encenderá la mitad de las estancias de tu casa, aquellas que mecánicamente fuiste a encender aun sabiendo que no había electricidad. La nevera, que no habías querido abrir por miedo a que se escape el frío, vuelve a sonar con su ruido gutural, la lavadora pega un respingo y resulta que se ha desprogramado. Lo primero que haces es gritar ¡bien! y lo segundo; quitarle las pilas a la radio y devolvérselas al mando de la televisión.

Nadie, sin embargo, se acordará de Nicola Tesla.

Los teléfonos del Imperio

Nos vamos hasta 1856, ahí la luz no se iba, pero sí que nació uno de los principales responsables de que podamos ver en condiciones cuando es de noche. Imperio Astrohúngaro, hijo de padres serbios de nombres impronunciables nace Tesla, que llegaría a desarrollar sistemas de corriente eléctrica por potencia alterna, motores, bobinas o teorías sobre el control remoto, el radar, la balística o la  física nuclear

Cuando tiene diez años el chaval va un curso por delante en la escuela, y cuando acaba esa etapa se pone a estudiar ingeniería eléctrica. Todavía hoy hay disputas sobre si acabó licenciándose en esa Universidad ya que este órgano lo desmiente pero otros lo confirman. Empieza en esta época con las rarezas, se desliga completamente de su familia y de sus amigos, que pensaron que había llegado a morir. Lo que había ocurrido es que emigró a la actual Eslovenia para ejercer de ayudante de un ingeniero. Sufre una crisis nerviosa y vuelve a su ciudad natal, donde su padre le insta para que vuelva a la Universidad, sin embargo, tras la muerte de este abandona los estudios habiendo conseguido tan solo acabar el primer curso.

Como a muchos genios, lo que diferenciaba a Nicola de los demás era su impresionante memoria fotográfica, llegando a declarar que era gracias a este tipo de memoria que experimentaba momentos de inspiración cuando estaba enfermo y tenía alucinaciones. Esto actualmente se conoce como sinestesia, o lo que es lo mismo, una extrema relación entre los cinco sentidos que se acentúa en los casos de depresión. Por eso mismo no se conservan esquemas o dibujos de este inventor; tenía todo en su cabeza y no le era necesario proyectar las cosas sobre papel.

Con 25 años se marcha a trabajar en la compañía de telégrafos de Budapest, Junto con un compañero empieza experimentar con turbinas gemelas que generan energía continua, al año siguiente, cuando la compañía telegráfica empieza a ser también de teléfonos Nicola es ya jefe de eléctricos de la telefónica austrohúngara y luego el ingeniero de todo el sistema telefónico. Es aquí cuando inventa un repetidor telefónico, algo que algunos expertos prefieren llamarlo como primer altavoz.

Primeros contactos con Edison

26 años tiene cuando sale del Imperio para irse a vivir a París. Y es que le ha llamado la Continental Edison Company, la compañía de Alva Edison, para diseñar mejoras en el equipo eléctrico que había venido del otro lado del océano. Aquí fue cuando inventa el motor de inducción, el primero capaz de funcionar con corriente alterna,  que fue patentado en América años más tarde, en 1888.

América lo conocería en junio de 1884, desembarcó a lo grande, en Nueva York, tan solo con una carta de recomendación a Edison. En la carta, firmada por un tal Charles Batchelor, y destinada a Edison, se podía leer “conozco a dos grandes hombres, uno es usted y el otro este joven a quien tiene delante” Alva Edison, aun con semejante recomendación, fue prudente, y puso a trabajar a Tesla en lo más bajo, de ayudante, hasta que este fue subiendo puestos y se le llegó a pedir que rediseñara los generadores de corriente continua. Lo hizo y aun así siguió cobrando tan solo 18 dólares a la semana, por eso mismo y tras serle denegado un aumento a 25 dólares, Tesla decide dejar colgado a Edison y largarse de la compañía. Esto fue un acto de chulería por su parte, ya que, necesitado de trabajo, tuvo que volver a trabajar para Edison… cavando zanjas.

Problemas con los vecinos

Con 30 palos encima se da cuenta de que lo que tiene que hacer es montar su propia compañía, y lo hace, pero los inversores le relevan de su cargo porque no están de acuerdo con lo que quiere investigar, entre otras cosas la bobina conocida actualmente como bobina Tesla, algo muy espectacular que llega a producir descargas eléctricas que recorren distancias de varios metros de longitud. A eso deberían haberle dicho que sí, y con lo que no tenía que haber experimentado el científico es con los Rayos X, ya que tardó en darse cuenta de que estos producían unas extrañas quemaduras en la piel de aquellas personas con las que experimentaba, el pobre imaginaba que estas quemaduras eran originadas por el exceso de ozono. Nos imaginamos como acabarían sus conejillos de indias, además de acabar con la piel absolutamente destrozada.

Algo mucho más sensato sería transmitir energía eléctrica sin cables, algo que ya había encontrado Franklin con su pararrayos. Aquí no sabemos si habría muchas quemaduras en la piel, pero al menos sí sabemos que pudo demostrar que la energía es transmitible sin cables gracias a variaciones del flujo magnético.

En 1891 instala su laboratorio en la quinta avenida, y de tanto experimentar tiene problemas con los vecinos, que notan extrañas resonancias en sus casas. Le da por estudiar sánscrito y le pone a sus inventos nombres en este idioma. Muchos años antes de que llegara a nuestras casas investigó las microondas, también los radiotransmisores. Expone lámparas fluorescentes y bombillas de un solo nodo en la expo de 1893, en Chicago, siendo estos los primeros aparatos eléctricos exhibidos en una exposición.

La invención de la radio y otras faenas

Cuando quiso estudiar la licuefacción del aire se le quemó todo el equipo y le roban la patente, pero no sería la única. Y es que aquí lo que nos interesa es la radio. En 1893 Tesla hace una demostración de la primera radiotrasmisión de la historia. Marconi lo hace en 1897 y la intenta patentar. Mucho dinero y muchos años costó darle la razón Nicola, hasta 1943 no fallaría la Corte Suprema de los Estados Unidos el darle la razón al astrohúngaro, sin embargo hoy, le preguntes a quién le preguntes, te va a responder que la radio la inventó Marconi.

Por esa época también demostró que para transmitir energía solo era necesario un cable, hasta el momento se usaban dos, uno como retorno, pero el omnipotente y omnipresente Edison salió enseguida dispuesto a hacerle la cama diciendo que aquello sería peligroso para quién lo usara, fue aquí cuando un empleado de este aguafiestas, investigando para él, desarrolló la infausta silla eléctrica.

Se traslada a Colorado, para seguir experimentando, allí descubre como funciona la resonancia en la tierra y adelantó por la izquierda a Hertz y a Marconi, que todavía andaban un poco perdidos en eso de la resonancia. También afirmó la existencia de vida extraterrestre con su Teslacopio, un aparato capaz de encontrar señales repetitivas que atravesaban la tierra y que según él procedían de lugares como Venus o Marte.

De la bancarrota a la portada de Time

Sin embargo las ondas y las resonancias, las bobinas y la electricidad de poco sirvieron a Nicola Tesla al que expropiaron y desmantelaron este laboratorio, debido a las numerosas deudas que había contraído por ser un pésimo administrativo. Completamente arruinado tiene que ver como se le otorga el Nobel a Marconi por el descubrimiento de la radio en 1909 y como la academia le vuelve a evadir en 1912.  Tras la I GM vuelve a Europa donde da muestras de padecer trastornos obsesivo-compulsivos, aquí levanta sus primeras unidades de radar. Sin duda el honor más grande le viene años más tarde, en 1931, cuando la revista Time le llevó a su portada por su contribución al mundo de la electricidad. Con 81 años Tesla completó su teoría de la gravedad, pero no llegó nunca a publicarla porque quería acabar los detalles correspondientes.

Muere en 1943, tras criticar la teoríaa de la relatividad de Einstein y lo hace solo y completamente arruinado en un hotel, víctima de un trombo en el corazón. El padre de la radio no llegaría a ver como su invento le sería por fin atribuido, ese mismo año. Tampoco llegó a ver como podemos volvernos de locos en el s XXI si se nos quedamos sin electricidad.

Enrique Gutiérrez

 

 

 

 

1 thought on “RINCONES SUCIOS: NICOLA TESLA

  1. corda says:

    Muy buen artículo, sí señor. Ya conocía la historia de este hombre, uno de los grandes ejemplos de que unos cardan la lana y otros se llevan la fama. Un personaje a reivindicar, al que se le reconocen ahora sus méritos, como siempre, después de muerto.

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