CINCO RAZONES PARA CINCO RIVIERAS. VETUSTA MORLA

Dice Vetusta Morla que sin carbón no hay Reyes Magos pero, todo apunta a que este año los de Oriente han adelantado su viaje al municipio madrileño de Tres Cantos  y han dejado bajo el árbol de Vetusta Morla el mejor de los regalos (y sin carbón). Acaban de llenar cinco noches seguidas la sala madrileña La Riviera (con capacidad para 2.500 personas). Velada tras velada  el grupo ha demostrado que los más de diez años que llevan a sus espaldas les han dado las tablas necesarias para saber asimilar el éxito que tienen ahora pero también los malos momentos, que los ha habido, cuando han acechado. En una época en la que no se lleva llenar estadios y los “grandes” grupos prefieren guardarse las espaldas y convocar a sus fans en recintos más modestos, Vetusta Morla ha reunido a más de 10.000 personas durante las noches del 8, 9, 10, 16 y 17 de diciembre. ¿Por qué?

I. Esperar sin desesperar: Sin ser auténticos expertos tocando instrumentos, los chicos de Vetusta Morla comenzaban su andadura en la música hace más de diez años. Los seis amigos se reunían en funciones del colegio y versionaban canciones de sus grupos preferidos. Pasaron los años, estudiaron sus carreras, desempeñaron sus respectivos trabajos (Pedagogía, Enseñanza, Periodismo, Comunicación Audiovisual…) pero no dejaron a un lado la música. Grabaron su primera maqueta, 13 horas con Lucy, en 2000 pero no es hasta 2008 cuando dan su pequeño salto mortal. Demasiado “indies” para grandes discográficas, muy “comerciales” para sellos independientes, Vetusta Morla no encontraban su sitio, aún así, asumieron que rendirse no es una opción y decidieron dejarlo todo, literalmente. Crearon su propio sello discográfico, Pequeño Salto Mortal,  y se autoeditaron su disco debut, Un día en el mundo. Un año antes se había publicado Mira, un ep de siete canciones con el que habían tocado por muchas salas de Madrid.

II: Consagración de Un día en el mundo: “Hicimos una inversión muy muy muy fuerte de trabajo, de cariño de cada uno, tuvimos que renunciar a muchas cosas, solapar trabajos y la locura que supone meterte a grabar un disco con una discográfica que montas tú. A nivel económico pues igual, fue muy arriesgado…” comenta Jorge González, percusiones y teclados de la banda, en una conversación con La Casa con Ruedas. Y parece que les salió bastante bien. Un día en el mundo se ha llegado a considerar como el mejor álbum debut de la música española de todos los tiempos. Exageración o no, lo cierto es que cuenta con temas que ya se han convertido en clásicos entre los “vetustactictos”: ‘Sálvese quien pueda’, ‘Un día en el mundo’o ‘Copenhague’ son sólo algunos ejemplos.

III: Interpretar bien los Mapas: Una vez encontrado su sitio, no lo han abandonado. Quizás ese es otro de los secretos de Vetusta Morla. El guión a seguir no está claro, aunque una vez más, todo apunta a que el trabajo de estos años ahora está dando sus frutos. “Hay suerte, pero el 90% es trabajo. Esa es la realidad” asegura Jorge. Suerte, trabajo, pero también osadía y cero “mal de altura” muy habitual en algunas estrellas con menos luz.  Sus pasos, ya sean a través de baldosas amarillas o de imaginarios mapas, los han llevado a ser mimados, admirados pero también respetados. No hay lista de “los mejores discos de 2011” en la que hayan faltado, tampoco medio de comunicación que no se haya hecho eco de sus cinco fechas en la Riviera.

IV. Mensajes en Morse sí, pero en castellano. Aunque sea complicado descifrar muchos de sus mensajes, la gracia de Vetusta Morla reside  en textos muy trabajadas cantados en castellano. Pese a que la formación comenzó componiendo en inglés es ese lejano 13 horas con Lucy, del año 2000, abandonó el lenguaje de los Beatles y adoptó el castellano en sus canciones.  Afortunada elección para los románticos de las interpretaciones sin pies ni cabeza y los creadores de historias paralelas a las que suceden en las canciones.  No les gusta explicar el significado de las letras, que componen mano a mano Guillermo y Juanma, prefieren que cada uno las interprete como quiera.  Fragmentos  como “Y en el vaivén de planes sin marcar cae sobre ti la bomba universal/ no hay colisión, ni ley, ni gravedad que te pueda hacer caer aunque tiren a dar” serán interpretados, reinterpretados y vueltos a interpretar por cientos de personas, seguramente ninguna de sus visiones coincida jamás.

V. Un directo que los hace grandes. Sin duda el directo es su plato fuerte. Hasta el más crítico con su música acaba reconociendo la labor de Vetusta Morla sobre el escenario. “Son muy buenos, suenan muy bien en directo, las canciones están acertadísimamente construidas, los textos son sólidos y tienen un vocalista de largo recorrido y con un timbre muy reconocible” , escribíamos en este blog hace algunos meses. Y es cierto. Los conciertos de la Riviera estuvieron marcados por un repertorio que ocupó más de dos horas en las que se reinventaron temas, se adaptaron otros y no faltaron los clásicos.  Además son amigos de sus amigos y, siempre que pueden, ofrecen el escenario a compañeros para que puedan llegar a más gente. Estas últimas veces han estado acompañados de Eladio y los Seres Queridos y de Amigos Imaginarios.  “Tenemos bandas que nos gustan musicalmente y cuando podemos intentamos ponerlos de teloneros”, explica Jorge a La Casa con Ruedas.

Es hablar muy alto pero quizás estemos cada vez más cerca de que “el fenónemo Vetusta Morla”, como lo han definido algunos medios de comunicación,  pueda llenar un Calderón (cinco veces la cifra hecha durante las cinco noches de Riviera). Hasta entonces, nos quedaremos con las cinco razones que los llevaron a cinco Rivieras.

MMC

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