El pasado año veía la luz Wooden Tapes, disco debut de los gallegos Wolrus. Sorprendente trabajo por el poso que transmite desde la primera escucha. Luego, uno indaga y encuentra la explicación echando un vistazo a las bandas en las que militaban sus miembros en el pasado, entre ellas encontramos nombres como Elephant Band, The Virginals o Steelwood. Wolrus, que toman su nombre, según ellos mismos confiesan, de la canción de los Beatles que todos tenéis en la cabeza, es una banda formada por Graham Summer, Miguel Puig, Adrián M.T., Joki, Ramón Saleta y Diego Veiga que nos ofrecen un viaje, a veces a caballo, atravesando las llanuras del oeste escuchando “Country Fever”; a veces en una furgoneta Wolskwagen camino de San Francisco hasta arriba de LSD y con “Broken Harmony” sonando a toda pastilla. O volvemos a Inglaterra para bailar al ritmo de los Stones o para disfrutar de las melodías de los Beatles. Desde la cara más alternativa del folk de “Summer of 10’s”, hasta el pop sin tapujos de “Every Smile” o “Let It Flow”. De la frontera con el rockabilly de “She is” a la incursión en el blues de “Some House”. Una prueba más de que la meca del country, blues y rock’n’roll alternativo patrio parece encontrarse en las terras galegas, patria de formaciones geniales como Sugar Mountain, Moondogs Blues Party o Soul Jacket.

Wooden Tapes, que se llama así por que se grabó en la casa de Miguel Puig, toda de madera (la batera con dos micros!!… genial!!…), hará las delicias de cualquiera que disfrute con los sonidos de la edad dorada del rock’n’roll. Quizá no tenga muchas pretensiones y realmente tampoco ofrezca nada nuevo, pero para mí es suficiente, me parece un disco auténtico, cuya riqueza reside precisamente ahí. Al fin y al cabo ¿qué es el r’n’r sino un puñado de tipos pasando un buen rato tocando?. Pues eso, let’s rock!!

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Miguel LCR