EL SURF DEL DESIERTO MADRILEÑO

Hay cosas en la vida que hay que cerrar para poder abrir otras. Los Coronas necesitaban cerrar la gira de El baile final, el disco que presentaron en 2009, cuando ya empezaban a tontear con Arizona Baby. Ésta se había visto interrumpida por el posterior matrimonio con la banda y el nacimiento de un hijo común: The News Today, registrado en el Libro de Familia con el apellido de Corizonas.

Foto: Los Coronas por María Cuevas

El lugar elegido en Madrid para cerrar el paréntesis marcado fue la Gruta 77, que está de aniversario. Después, dos conciertos más y, una vez concluido el tour, ya solo les quedará hacer las maletas y poner rumbo a Tucson en Arizona, donde trabajarán en la grabación de su próximo trabajo bajo los controles de Craig Schumacher.

Foto: Los Coronas por María Cuevas

A esas áridas tierras llevarán su sonido wave, ¡vaya paradoja! Pero es que a estos madrileños nada se les pone por delante. Que quieren salir a escena bajo la música de Morricone, pues allá van. Que Loza quiere tocar la batería de pie, pues la toca. Que hay que versionar a Los Brincos con el tema Flamenco, pues se versionan; a lo surfer, eso sí, y con coreografía incluida ¡No se puede pedir más!, por lo menos por parte del auditorio que allí se daba cita. No era el caso de Yevhen, el trompetista ruso, blanco de las bromas del frontman Fernando Pardo. A él le pareció que se podía llegar a más. Por eso, después de haber calentado al público con sus temas más míticos: Supertubos, Polk Salad Annie, Youza, Big Wave Riders, Hacha de guerra, Maremoto, Derrapaje o Rumbaleros decidió que había que ponerle su sonido, tan característico, a un tema tan español como es La leyenda del tiempo, o incluso convertir Miserlou en pasodoble, y así lo hicieron. Es más, la versatilidad de estos chicos llega tan lejos que nunca dejan de sorprender. Lo último fue tocar dos guitarras a la vez, enviando recuerdos a Ramoncín, primero. Los Coronas saben lo que hacen, que no es otra cosa que hacer bailar a su público. Sus directos, de dos  horas largas, son un auténtico espectáculo donde, si cierras los ojos, crees estar viviendo en carnes propias una escena de película de Tarantino.

Foto: Los Coronas por María Cuevas

Foto: Leone por María Cuevas

Lo cierto es que la noche estuvo muy identificada con el género Western. De ello también se encargaron los hermanos Romera con su banda de folk Leone. Fueron los primeros en pisar el escenario, y enseguida conectaron con el público, gracias al savoir faire de David, que ya tiene tablas como conductor de espectáculos con su grupo de rock Yakuzas. El mismo consiguió que el público les aclamase en temas tan tristes sobre injusticias -¡Cuidado con este chico, que mueve masas!-. Guitarras en mano, con el ocasional sonido de una armónica se escucharon los conocidos Ya amanecerá, Es mejor así y Mickey Rourke y Marilyn.

María Cuevas

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